Pueden ser los propios alumnos que forman parte del conflicto los que soliciten la intervención de los mediadores y acuden siempre a ella de forma voluntaria. En cuanto es solicitada, ambas partes se sientan y con el respaldo del alumno que media, proponen una serie de acuerdos que deben cumplir en el futuro.

Una vez que se llega a una entente cordiale toda la documentación se deposita en la jefatura de estudios, que se encargará de hacer un seguimiento para ver si ambos afectados cumplen el pacto alcanzado.

La implicación del centro en esta iniciativa es tal que hasta cuenta con un aula dedicada en exclusiva a las actividades de mediación, un lugar en el que "los alumnos son plenamente conscientes de que lo que se diga en ella no va a salir de esas cuatro paredes".