Pocos comercios pueden presumir de ver como su pueblo va cambiando con el progreso. De ello puede jactarse la Joyería Villar, el establecimiento más longevo de Galicia en este sector, que ha sido reconocido como "historia viva" por la Consellería de Industria dentro del programa "A semana do teu comercio". El establecimiento cambadés comenzó a andar en 1880 de la mano de Gerardo Villar y por ella ya han pasado cuatro generaciones de la misma familia y ha demostrado saber adaptarse a las mudanzas a las que han obligado los tiempos. El acto en el que fue homenajeado el comercio cambadés, entre otros, se celebró ayer en el Museo do Pobo Galego y ha sido el broche definitivo a un programa que se desarrolló durante todo el pasado año.

Lo cuenta, desde la tercera generación, Juan Manuel Villar, nieto de Gerardo, que se encuentra jubilado desde hace años pero que todavía se resiste a dejar de pasar por la que fue su casa durante tantos años y saludar a sus hijos, que son los que regentan el comercio en la actualidad.

El emblemático establecimiento cambadés abrió sus puertas en la calle Infantas número 1, donde permaneció gran parte de los 134 años que acumula a sus espaldas. Sin embargo, hace algo más de medio siglo, decidió cambiar su ubicación, trasladándose a menos de un centenar de metros de su lugar originario. La calle de Pontevedra número 1 se ha convertido desde entonces en el punto desde el que el comercio ha visto como se iba modificando la villa del albariño y convirtiéndose en uno de los referentes del comercio local. Así lo reconoce Juan Manuel Villar cuya vida transcurrió prácticamente toda desde detrás del mostrador del emblemático comercio. "Ninguna joyería, óptica o relojería de Cambados se acerca a los años que lleva abierto este establecimiento; la siguiente no sé si tendrá quince años abierta", explica.

Villar reconoce que durante todos estos años no siempre ha sido fácil mantener abiertas las puertas, sobre todo "en un momento de crisis como el actual, en el que las cosas van tirando pero resulta muy complicado atender un negocio". Aunque retirado, todavía sigue acudiendo a la tienda para ver a la cuarta generación de Villar que atiende en estos momentos el negocio y espera que no se quede ahí. "Los nietos, que serían la quinta generación, están estudiando, pero todavía no sé si van a continuar o no".