Las mariscadoras de Carril confirman sus sospechas. Un grupo de mujeres de la agrupación de a pie acudió ayer por la mañana a la playa de A Concha-Compostela para comprobar el alcance de la mortandad ocasionada por las riadas en los cultivos de berberecho y almeja. Todo arrasado. Este es el resumen de la funesta jornada en la que las mujeres realizaron ellas solas el recorrido por el arenal, puesto que el biólogo de la Xunta con el que habían quedado para empezar los muestreos no pudo asistir a la cita. En principio, la toma de muestras se pospone a hoy.

La pérdida de toda la producción supone que las mariscadoras tardarán en volver a faenar. Así lo cree una de ellas, Bibiana Vidal, totalmente resignada. "Hasta el verano no vamos a poder trabajar", augura. Y es que la mortandad no solo ha afectado a toda la zona de A Concha-Compostela, sino también a la del Lombo y Bamio, donde la agrupación dispone de otras zonas de explotación que, igualmente, están arrasadas por el agua dulce y el brusco movimiento del terreno que causaron los sucesivos temporales. El año pasado sembraron marisco por valor de 60.000 euros, y una buena parte de esta inversión acaba de irse por la borda.

"El panorama es muy negro. Ahora tenemos que esperar a que el biólogo muestree y nos dé a conocer el informe. Si es favorable al cese de actividad, pues cesaremos, lo que significa que por lo menos no tenemos que pagar el seguro. En este caso a ver si volvemos a tener opción de coger el paro", expresa Bibiana Vidal, miembros de la agrupación de a pie y antigua socia de Lazareto.

El año pasado las mariscadoras estuvieron tres meses sin poder trabajar a consecuencia de la mortandad de producto. "Ahora la situación parece peor", comentan mujeres de la agrupación.

En cuanto a los tipos de almeja, ninguna ha permanecido con vida. Así lo pudieron comprobar las mariscadoras ayer, rastrillo en mano. La babosa ya murió a mediados de diciembre, con los primeros temporales, puesto que es la más sensible al agua dulce. Ahora le ha tocado a la japónica, y también al berberecho, que la semana pasada resistía en A Fangueira y Bamio, pero ayer ya lo encontraron todo muerto. "La fina es la única que aguanta un poco porque está más enterrada", apuntan las mariscadoras.

En otros bancos marisqueros de la Ría de Arousa la mortandad no ha sido tan generalizada como en Carril, por lo que las mujeres continúan faenando en sus zonas de explotación, como es el caso de las de Vilaxoán, Vilanova o Cambados.

El principal motivo del exterminio es la situación del litoral carrilexo, en la desembocadura del río Ulla, un arma de doble filo para los rañeiros y mariscadores de a pie. Mientras que Os Lombos do Ulla es el principal banco de libre marisqueo debido a su alta productividad, también es el que más sufre las consecuencias de los temporales y por tanto las riadas de agua dulce.

A petición de la cofradía de Rianxo y con el plácet de los demás pósitos de la Ría de Arousa a excepción de Carril y O Grove, la Consellería do Mar cerró ayer Os Lombos al marisqueo de a flote, el autorizado en esta zona extractiva. La prohibición de faenar en este enclave se prolongará en un principio hasta viernes.