A principios de diciembre de 2012 entre dos y tres encapuchados entraron presuntamente de madrugada en una casa de Tremoedo (Vilanova). El único ocupante de la vivienda denunció que le ataron con bridas, que le dieron una paliza y que le plantaron fuego tras rociarle todo el cuerpo con un líquido inflamable. 14 meses después, la Guardia Civil ha detenido al supuesto cabecilla de la salvaje agresión.

Se trata de un vilagarciano de 43 años, de iniciales J.E.P.P., y ya ha ingresado en prisión sin derecho a fianza por orden del juez. La operación no está cerrada, y la Guardia Civil le sigue la pista a al menos otra persona que se cree que participó también en el brutal asalto.

La víctima fue José Luciano Núñez Villanueva, "Chano", un vilanovés de 68 años que en la actualidad regenta una bodega de albariño, y que en la década de los 90 estuvo vinculado al clan de narcotraficantes de los Charlín. Precisamente su pasado hizo creer inicialmente a los investigadores que el hecho había sido un ajuste de cuentas por algún asunto turbio.

El bodeguero lo negó tajantemente, alegando que el único objetivo de los encapuchados era el de llevarse el dinero y las joyas que hubiese en la casa, y que hacía más de dos décadas que se había desvinculado del tráfico de drogas. Y el tiempo parece haberle dado la razón.

Una vez practicado el arresto del vilagarciano J.E.P.P. los investigadores trabajan en la hipótesis de que lo sucedido en diciembre de 2012 en Tremoedo fuese en efecto un robo, y que los asaltantes habrían escogido a su víctima por su pasado y empleado unos métodos extremadamente violentos precisamente para despistar a la Guardia Civil y que pareciese un ajuste de cuentas.

La detención del vilagarciano se produjo el miércoles. El instituto armado sostiene que se trata de una persona con un amplio historial de antecedentes policiales, aunque nunca fue condenado por un juzgado. Así, ya le detuvieron en noviembre de 2011 junto a un vecino de Soutomaior, de iniciales I.L.C. tras un "importante robo" en un domicilio habitado de Poio. En aquella ocasión se le intervino un arma de fuego ilegal (una carabina del calibre 22) debajo de los asientos de su coche. Posteriormente, en julio de 2013 la Guardia Civil intervino a I.L.C. una escopeta con la numeración trucada y una pistola detonadora en el sistema de ventilación de un garaje de Arcade.