La comarca registró ayer un nuevo temporal -lo peor se espera para hoy- en el que se midieron rachas de hasta 122 kilómetros por hora -en A Lanzada- y se produjeron copiosas precipitaciones que anegaron calles, bajos, viviendas, carreteras y plazas. Aunque se esperaba un auténtico caos a las siete de la mañana, coincidiendo con la marea llena, el día amaneció tranquilo. Y no solo eso, sino que, por fortuna, también imperó la calma con la segunda pleamar, pasadas las siete de la tarde. El hecho de que en esos instantes críticos no se registraran precipitaciones de intensidad ni vientos fuertes permitió salvar el día con daños menores de lo anunciado.

Lo cierto es que los peores momentos se vivieron entre las cuatro y las seis de la tarde. Hubo daños, pero hay que insistir en que pudo haber sido peor, tal y como confirman los servicios de emergencias. En esas dos horas se desbordaron no solo algunos ríos y riachuelos, sino también sus centralitas telefónicas.

Una vez más se repitieron las escenas típicas de este tipo de episodios que, según indican los arousanos de más edad, "cada vez se parecen más a los temporales de antes; aquellos que sufríamos constantemente cuando éramos niños y a los que ahora llaman de forma rara", como ciclogénesis explosiva.

En las conversaciones de taberna, y entre cuantos ayer observaban el paso del enésimo temporal de este invierno, hay incluso quien ironiza y se pregunta "dónde está el cambio climático del que tanto se habla cuando hace calor, ya que en lugar de avanzar hacia la sequía parece que todo tiende a inundarse, y la prueba es que llevamos con lluvias ininterrumpidamente casi desde septiembre".

Ayer por la tarde la estampa volvió a repetirse, con vecinos indignados por las inundaciones repetidas en sus calles, árboles caídos, trozos de paredes y tejados desprendidos sobre las aceras y algunos coches estacionados, carteles anunciadores, señales de tráfico y vallas de obra tiradas en la calzada, contenedores dando tumbos, avalanchas de tierra, barro y piedras sobre vías de circulación y cunetas? En definitiva, que la de ayer fue, por momentos, otra jornada caótica. Y si las predicciones meteorológicas no se equivocan, quizás lo sucedido se quede en solo un pequeño aperitivo de lo que puede ocurrir hoy.

A la espera de acontecimientos, estos son algunos de los efectos causados por el temporal de lluvia y viento registrado ayer en O Salnés y Ullán:

Vilagarcía. Se registraron inundaciones en las calles Alcalde Rey Daviña, Conde Vallellano, Arzobispo Lago, Juan Carlos I, la calle Loureiro de Trabanca Sardiñeira y la avenida de López Ballesteros, donde por momentos resultaba imposible atravesar el túnel que da acceso al barrio de A Torre y pasa bajo las vías del tren, de nuevo completamente anegado.

Las mismas inundaciones -se repiten cada vez que llueve con intensidad- se vivieron en el entorno de A Xunqueira y Matosinhos, en los alrededores de los colegios Arealonga, A Lomba y Vagalume.

También se anegaron diferentes negocios, como el estanco de la Praza de Galicia, una agencia de viajes y bares. La Fundación de Deportes hizo un llamamiento a las entidades deportivas para que suspendieran las actividades al aire libre, al igual que se hizo en otras localidades y como decidieron diferentes entidades deportivas por iniciativa propia.

La gran cantidad de agua caída sirvió para que se ablandara el terreno y se desplomara el muro de contención de la finca del pazo de Vista Alegre, frente a la sede de Bombeiros.

El servicio de emergencias destaca los problemas en la avenida de Cambados, Rosalía de Castro y Rubiáns, la caída de la red y una farola del campo de fútbol de la urbanización San Roque (Carril), la rotura de un cristal en la cabina telefónica de Ravella, bajos inundados en Rodrigo de Mendoza -30 centímetros de agua en los garajes- y árboles caídos en Renza y Cornazo. También fue preciso remolcar dos turismos en Vilaxoán.

O Grove. Protección Civil informó de árboles caídos en las inmediaciones de la finca La Atlántida, Siradella y el punto limpio, además de alertar de inundaciones y balsas de agua en lugares como Ardia, Terra de Porto y Conchases. Los grovenses constataron que, a pesar del temor inicial, las medidas de prevención adoptadas en Virxe das Mareas dieron resultado, en gran parte gracias a que lo fuerte del temporal no coincidió con la pleamar. En San Vicente el viento arrastró la arena de las dunas a la carretera, a la altura de As Bizocas. Hubo lugares que estuvieron hasta tres horas sin luz.

Cambados. Además de los efectos habituales, como en cualquier otro municipio, en Cambados se notó la llegada de gran cantidad de basura a la costa, además de caer árboles y anegarse calles. Los bomberos tuvieron que apuntalar un gran cartel anunciador de una conocida cadena de supermercados que amenazaba con caerse, y tanto en este como en otros municipios se vio como algunas carreteras secundarias y pistas forestales se llenaban de barro y piedras. Protección Civil de Cambados habla de contenedores y ramas de árboles tirados, así como de bajos amenazados por inundación, una lancha hundida en Castrelo y cortes de luz.

Hasta las 18,30 horas, en la estación meteorológica de Castrelo se acumularon 32 litros de lluvia por metro cuadrado, cuatro menos que en A Lanzada a la misma hora.

Vilanova. Entre los efectos más llamativos pueden citarse las inundaciones en Caleiro -inmediaciones de la iglesia- y As Sinas, así como el desprendimiento parcial del tejado en el colegio de San Miguel de Deiro y la caída de un árbol en András. En Corón se acumularon casi 37 litros de lluvia y los vientos rondaron los 98 kilómetros por hora, hasta las seis y media de la tarde.

A Illa. Se inundaron diferentes bajos, aunque en este municipio quizás cabe destacar la presencia de una batea a la deriva y acabó encallada en las rocas a la altura de Niño do Corvo.

Meaño. Este municipio fue uno de los que tuvieron importantes problemas con el tendido eléctrico, ya que se registraron importantes cortes de luz. Al igual que sucedió en otros puntos de la comarca, donde el temporal también afectó a las telecomunicaciones.

Catoira. En Protección Civil destacan la presencia de contenedores tirados y árboles que cayeron sobre el tendido eléctrico, sobre todo en Baiuca y Coaxe. Un árbol caído sobre la vía férrea interrumpió momentáneamente el servicio.

Meis. En la agrupación de voluntarios hablan de "algún pino caído y poca cosa más".

Ribadumia. En este caso aseguran que, "afortunadamente, no se ha registrado ningún daño". A las 18,30 horas se habían acumulado en la estación meteorológica de Barrantes 34 litros de agua por metro cuadrado.

Valga. En esta localidad el viento también causó problemas con la caída de árboles y se repitieron las inundaciones en los sitios de costumbre. Fueron un total de 16 incidencias que obligaron a cortar la carretera en Devesa y los pasos inferiores -bajo la vía del tren- tanto en este lugar como en Forno.

Pontecesures. Dicen en Protección Civil que tuvieron que cortar un árbol antes de que cayera sobre la N-550 y que se desplomaron otros en diferentes viales.

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