"Ruina total". Así definen en el sector mitilicultor la situación creada en Galicia como consecuencia de los episodios tóxicos registrados este año y la continuidad de temporales.

Y es que a la imposibilidad de vender el producto a causa de los cierres de bateas, por la presencia de la popularmente llamada "marea roja", hay que añadir el fuerte oleaje, el cual, en combinación con la acción de depredadores o plagas y la deficiente fijación de la mejilla, ha provocado el desprendimiento masivo del molusco comercial.

En definitiva, que a estas alturas "poco o nada queda para vender ya" y el balance económico es "pésimo", por eso los bateeiros consideran que "ya todo está perdido y para paliar las consecuencias de este desastre ya solo queda esperar a que la Consellería do Medio Rural e do Mar habilite cuanto antes las ayudas económicas establecidas para este tipo de situaciones".

Así lo cree también Francisco Padín Novas, presidente de la cooperativa Amegrove, una de las entidades más potentes del sector, y también una de las más castigadas por las biotoxinas a causa de la ubicación de sus bateas.

"Nos estamos viendo enormemente afectados por las biotoxinas, pero evidentemente se trata de episodios naturales contra los que poco o nada se puede hacer, pues evidentemente no se va a comercializar mejillón contaminado, por eso solo queda esperar a que esto mejore y confiar en que la Xunta habilite las ayudas", esgrime el presidente de la cooperativa con sede en Porto Meloxo (O Grove).

El propio Padín recuerda que las ayudas están contempladas y reguladas cuando los cierres de las bateas superan los cuatro meses o cuando las pérdidas sobrepasan el 35% de la facturación anual, "y en nuestro caso, por desgracia, superamos con creces ese porcentaje, ya que incluso hay productores que este año solo facturaron el 20% de un año normal".

La situación resulta tan desesperada que Francisco Padín Novas llega a decir que el año que ahora termina "es el peor de la historia para nuestra cooperativa, y prácticamente para el conjunto del sector, a lo que añade que "el poco mejillón que quedaba en las cuerdas se ha ido al fondo a causa de los últimos temporales y ya no hay nada que se pueda vender, por lo que solo cabe esperar a encordar la mejilla a principios del año que viene y pensar ya en la siguiente campaña".

Lo mismo opina Javier Blanco, presidente de la asociación Virxe do Rosario. "El año no puede haber sido peor -declara este bateeiro-, y es evidente que este temporal, unido al último episodio tóxico y al repunte de células registrado en la ría de Vigo, son la puntilla definitiva para nuestro sector".