El episodio tóxico que empezó a fraguarse a finales de septiembre y principios de octubre, y que obligó a cerrar la práctica totalidad de las bateas de mejillón gallegas, ha remitido de manera muy significativa, aunque bien es cierto que todavía quedan 17 polígonos bateeiros cerrados.

A día de ayer había otros 33 disponibles, o lo que es lo mismo, que el sector mitilicultor gallego dispone de las bateas de 33 polígonos para abastecer un mercado que se resintió, y mucho, en las últimas semanas.

Incremento de descargas

Las consecuencias de la disponibilidad de 33 polígonos no se han hecho esperar, de ahí que en los últimos días los puertos de descarga más importantes registraran una actividad frenética, sobre todo en lo que se refiere a producto destinado al mercado de fresco, es decir, a depuradoras y venta.

Como suele suceder en estos casos, los cocederos y conserveros esperan a que el abastecimiento esté garantizado antes de iniciar su campaña, que por otra parte este año se vio truncada cuando se encontraba en el mejor momento.

Salvar la Navidad

Aclarado esto, puede decirse que algunos productores tienen estos días la oportunidad de salvar la campaña navideña, aunque para otros la reducción de las células tóxicas y consiguiente reapertura de viveros flotantes llega ya demasiado tarde.

incluso cabe apuntar que, a pesar de las aperturas, en el sector tampoco las tienen todas consigo, pues si bien las cosas han mejorado, está por ver qué puede pasar ahora con el cambio de tiempo, pues no es descabellado pensar que pueda introducirse de nuevo en la ría el temido fitoplancton portador de biotoxinas.

Garantías sanitarias

Para no adelantar acontecimientos, y sobre todo para aprovechar la mejoría de la situación, hay que incidir en que el consumidor puede adquirir producto en los mercados con absoluta tranquilidad en estas Navidades, ya que el molusco obtenido por los cauces reglamentarios cuenta con el aval de los sistemas de control y alerta sanitaria.

Quizás sea conveniente detallar ahora en qué situación se encuentran las diferentes rías gallegas. En base a los análisis y resoluciones efectuados por el Instituto Tecnológico para el Control del Medio Marino (Intecmar), el estado de los polígonos es este:

Ares-Betanzos. Sus dos polígonos, el Sada A y el Sada B, están abiertos en la actualidad.

Arousa. La ría más rica y productiva del mundo, y la que agrupa a más bateas -alrededor de 2.300 sobre un total de 3.300- tiene cerrados seis polígonos, como son los Grove C1, Grove C2, Grove C3, Grove C4, Cambados C-Norte y Cambados C-Sur.

Evidentemente, son muchas más las bateas disponibles, pues está autorizada la extracción en los otros dieciséis polígonos arousanos.

Baiona. El Baiona A, único polígono de bateas de mejillón en estas aguas, también está abierto a la extracción.

Corme-Laxe. En este caso también hay un solo polígono el Corme B, y está cerrado.

Muros-Noia. En estas aguas el sector tiene un polígono cerrado, como es el Muros B, pero al menos dispone de otros tres abiertos, el Muros A, el Noia A y el Muros C.

Pontevedra. En la ría pontevedresa las bateas fondeadas se reparten en ocho polígonos, y todos ellos permanecen cerrados desde principios de octubre. Y cabría añadir aquí que "como casi siempre", ya que se trata de los polígonos más afectados de Galicia año tras año. Lo habitual es que en cada ejercicio puedan permanecer inoperativos más de trescientos días, y eso demuestra lo difícil que resulta cultivar mejillón en la ría de Pontevedra.

Vigo. La ría de Vigo se encuentra en una situación excelente desde el punto de vista de las biotoxinas marinas. Dispone de casi medio millar de viveros flotantes distribuidos en una docena de polígonos y solo uno de ellos, el Cangas G, permanece cerrado en la actualidad, y desde el 5 de octubre.