Llega la Navidad, y con ella la habitual y en ocasiones brutal escalada de precios en las lonjas de contratación de pescados y mariscos. Esto, lógicamente, se traduce en un aumento de las tarifas en las plazas de abastos, pescaderías y supermercados que, a su vez, supone un desembolso extra para el consumidor que, a veces, convierte a determinadas especies en un capricho inalcanzable para un amplio segmento de la sociedad.

Pero arranque del diciembre actual está siendo diferente. Si se analizan los datos aún provisionales en poder de la Consellería do Medio Rural e do Mar, puede observarse que en la primera semana de mes se aprecia un descenso generalizado de precios respecto al mismo periodo de diciembre de 2012, a excepción de casos puntuales como el del centollo o la almeja fina.

Son datos meramente estimativos, ya que hay que dejar constancia de que no se han hecho oficiales aún todas las operaciones de venta correspondientes a la primera semana de mes. Aún así permiten que el lector se haga una idea de lo que han bajado los precios respecto a un año antes.

Así lo confirman también en las propias lonjas, a pie de puerto y en las plazas de abastos, donde las pescantinas consultadas aseguran que "el marisco está ahora más barato que otros años, aunque todo puede empezar a cambiar, y mucho, a partir de la semana que viene".

Es algo que también consideran, o más bien desean, en el sector extractivo, ya que si bien los precios bajos favorecen al consumidor, no cabe duda de que pescadores y mariscadores esperan ansiosos las fiestas navideñas para ver cómo mejoran sus ingresos, sobre todo en años tan flojos económicamente como éste que agoniza.

En el sector también indican que los precios han descendido, y los datos de la Plataforma Tecnológica de la Pesca de Galicia les dan la razón, pues si se comparan los precios máximos en lonja en la primera semana de diciembre de 2012 con lo sucedido la semana pasada, se observa claramente que el camarón bajó de 135 a 105 euros por kilo, el percebe pasó de 110 a 99 y la nécora, que hace un año se vendía a máximos de 43, se comercializó la semana pasada en las rulas gallegas con un tope de 39 euros por kilo.

Son, hay que insistir, precios máximos, es decir, lo que se paga por los primeros y mejores lotes de cada producto, que no siempre acaban en las plazas o pescaderías, sino que en muchos casos van a parar a los mejores restaurantes, clientes especiales y otro tipo de negocios o compradores.

Lo que se denomina "primer mío" también bajó para los peces estrella en fechas señaladas, de ahí que la merluza pasara de 26 a 18 euros o que el rodaballo, que hace un año costaba 38 euros, se vendiera la semana pasada a a 30.

La comparación entre la primera semana de diciembre del año pasado y el actual permite constatar, asimismo, que el besugo bajó de 30 a 23, o que el lenguado que costaba un máximo de 22 euros por kilo se quede ahora en topes de 20.

Es evidente que la situación es muy diferente a la experimentada hace un año. Pero también es cierto que, como se explicaba anteriormente, las cosas pueden empezar a cambiar en cuestión de días, y quizás el próximo fin de semana marque un punto de inflexión y comience la verdadera llegada de los precios navideños.

La pregunta, llegados a este extremo, es hasta dónde pueden llegar los precios a partir de ahora. Pues bien, si se toma como referencia la cotización de las especies en lonja durante la última quincena de 2012, es decir, en plenas Navidades, puede decirse que el camarón que ahora se paga a un máximo de 105 euros puede llegar a 190; la merluza puede pasar de 18 a 32; el percebe, que se paga a 99, llegó en las pasadas fiestas navideñas a 209 euros por kilo; el besugo cotizó a 54, muy por encima de los 23 euros actuales; la nécora, que se vende a 39 en lonja, costaba a finales del pasado ejercicio 90 euros; y el lenguado puede subir desde los 20 a unos 34 euros por kilogramo.

Y hay otros muchos ejemplos, pues la cigala, que la semana pasada marcó 16 euros de tope -según los datos provisionales- puede elevarse muy pronto hasta lo 96 euros por kilo, si mantiene el comportamiento que tuvo esta especie en las rulas gallegas hace un año.