La repentina muerte de dos hombres en O Grove, sin que los servicios médicos pudieran hacer más que certificar el óbito, conmocionó ayer a los vecinos de este municipio. Uno de ellos, Enrique Varela, era miembro de Protección Civil, y el otro, Cosme Parada, era hijo del jefe de la Policía Local.

Los miembros de la agrupación de Protección Civil lloraron ayer el fallecimiento de su compañero, el voluntario Enrique Varela, a los 55 años, como consecuencia de un infarto. El hombre, que ya había padecido dolencias cardíacas, sufrió un infarto fulminante en su casa, del que no pudo recuperarse.

Cosme Parada, de 30 años, se indispuso y fue llevado al centro médico donde sufrió un fallo cardíaco y falleció.