La Consellería do Medio Rural e do Mar ya anunció en varias reuniones de la Comisión do Mexillón su intención de instalar una especie de localizador en los barcos auxiliares de acuicultura para garantizar la trazabilidad del producto. Y en los dos últimos años FARO ya indicó que la Xunta estudiaba la aplicación de un sistema de seguimiento -incluso por radar o GPS- capaz de, por ejemplo, detectar si las naves cumplen los horarios de faena o no. Pues bien, ayer ha trascendido que en realidad ese aparato ya funciona, en régimen de pruebas, y parece estar dando muy buenos resultados.

Se trata de un sistema de control o seguimiento que indica en todo momento dónde está el barco bateeiro, pero también qué ruta siguió con anterioridad, en qué bateas trabajó e incluso si extrajo producto en bateas afectadas por biotoxinas marinas.

El sistema, provisto de una pantalla, señala en rojo las cuadrículas de cada polígono bateeiro que estén cerradas por presencia de fitoplancton portador de biotoxinas. Y si el barco se acerca al vivero flotante a pesar de todo, se genera automáticamente una alerta y quedan registrados sus movimientos.

Esto supone que el localizador puede ser una herramienta fundamental para evitar robos en las bateas como los registrados en los últimos días, pero también para impedir que se extraiga mejillón de zonas prohibidas.

En ocasiones se ha dicho que hay bateeiros -una minoría- que sacan cuerdas de bateas cerradas para otra que están exentas de toxicidad, con el fin de comercializar ese producto.

Y otras veces se ha explicado que los servicios de inspección detectaron partidas irregulares o ilegales en puertos o depuradoras, tanto por tratarse de mejillón con toxicidad como por ser molusco con guías de transporte u origen falsas o duplicadas.

Pues bien, con este localizador actualmente en fase de pruebas se sabe en todo momento de dónde salió exactamente el molusco llevado a puerto y qué movimientos hizo el barco en cuestión, por lo que, efectivamente, se garantiza la trazabilidad, como planteó la Xunta, pero también se evitará la picaresca o el fraude, lo cual es tanto como decir que se habilitará una medida más para impedir que pueda llegar producto tóxico al consumidor final.

A la espera de obtener conclusiones con las pruebas que se efectúan, y antes de decidir si se instala o no ese localizador, puede avanzarse ya que hay algunos bateeiros que se oponen a este sistema porque lo consideran un "control innecesario". Otros, puede que la mayoría, creen que "los que actuamos de acuerdo con la ley no tenemos por qué sentirnos amenazados, por eso consideramos que este aparato puede ser positivo para todos".

Al margen de estos posicionamientos y de las pruebas con el localizador, hay que destacar que el sector trabaja con intensidad en las bateas que están exentas de toxicidad y aún disponen de mejillón comercial.