Son unos pocos, pero en el sector bateeiro aún quedan algunos productores que hacen un flaco favor a los demás y no dudan en cometer irregularidades, por lo que en tiempos de crisis como los actuales -con cierres prolongados de actividad a causa de las biotoxinas y ausencia de ventas- intentan "colar" en el mercado molusco que no está certificado.

El grueso del sector repudia esas actitudes y trata de aislar a esos pocos individuos que ponen en riesgo tanto la imagen del mejillón gallego como el prestigio de los sistemas analíticos.

Afortunadamente los controles siguen funcionando, por eso se detectan estas irregularidades, pero en el sector están cansados de tales actitudes que, a la postre, hace que las ventas sean cada día más difíciles de conseguir.

Con la labor del Instituto Tecnológico para el Control del Medio Marino (Intecmar) fuera de dudas a nivel nacional e internacional, los bateeiros saben que en realidad "el enemigo está en casa", y que cuando un productor se dedica a cambiar etiquetas de transporte o a trasladar cuerdas y sacos de una batea con toxina a otra que no la tiene, con el propósito de vender ese producto, lo que hace en realidad es provocar un enorme perjuicio para todos.

De ahí que las organizaciones productoras traten de encontrar soluciones y abran expedientes o investigaciones, mientras que los bateeiros de base, "los de la ropa de aguas", reclaman "mano dura". Como se decía hace días, incluso son cada vez más los que apuestan por la instalación de aparatos localizadores en cada barco, para así evitar acciones fraudulentas y garantizar la trazabilidad del producto. "Hay gente que no quiere esos aparatos, pero los que actuamos correctamente no tenemos nada que temer", se escucha en los muelles.

En la Administración autonómica, por su parte, han decidido intensificar los controles, tanto los de carácter analítico como los físicos, consistentes en vigilar a los bateeiros en el mar y los puertos, tratando así de evitar que se desembarque mejillón con biotoxinas.

Por lo demás, en relación con el estado de lo que popular y erróneamente se conoce como marea roja, cabe indicar que las biotoxinas mantienen 46 polígonos bateeiros cerrados en Galicia y 5 abiertos, en Arousa y Vigo.

El producto extraído por los cauces legales está garantizado - Desde la Consellería do Medio Rural e do Mar no se cansan de repetir que el mejillón extraído y comercializado por los cauces legales está perfectamente garantizado y no entraña riesgo alguno para el consumidor. Cuando se extrae de bateas abiertas es porque el molusco está exento de toxina, y esto supone que puede venderse y consumirse sin problema. En la foto se observa mejillón desembarcado en el muelle de Vilanova. Dado que procede de sacos de reparqueo, es decir, que permaneció colgado en las bateas a la espera de que el mejillón se depure por sí solo, es preciso lavarlo con agua de mar -como se aprecia en la imagen- para eliminar las impurezas y que pueda emprender viaje, en este caso hacia la depuradora.