No es más que una muestra y tiene que ser confirmada pero abre un halo de esperanza en el sector mejillonero arousano. En la noche del sábado se conoció el primer negativo en el polígono de mejillón Vilagarcía A, que si vuelve a registrarse, permitiría confiar en que a lo largo de la semana puedan reabrirse más bateas.

A este optimista resultado hay que sumar otros que confirmarían la persistencia de la toxina lipofílica en las rías gallegas pues en la mañana del sábado se cerró un polígono de mejillón, el Redondela B-G, en la ría de Vigo por lo que es preciso continuar atentos a la evolución de la marea roja.

Los bateeiros están muy preocupados con esta campaña pues temen que la situación se prolongue en el tiempo lo que puede hacer peligrar la campaña de Navidad, una de las más rentables del año.

Con todo se resignan porque ya dan por perdido un año en el que se han registrado tres cierres de producción, se ralentizó la campaña de siembra de la mejilla debido a la duración de los temporales de invierno, se registró la aparición de una medusa que impide que el molusco se sostenga sobre las cuerdas y los últimos temporales que azotaron las bateas provocaron desprendimientos masivos del bivalvo, sin olvidar la mortandad que suele acarrear la devolución de los sacos de mejillón al mar.

Vianda espléndida

Tampoco se puede obviar que el momento en el que aparece la marea roja ha sido el peor de los posibles, pues la vianda se encontraba en pleno desarrollo. "No lo podemos sacar justo cuando se podría decir está maduro", explica un dirigente bateeiro.

Con todo, en las cuerdas aún queda producción para servir a depuradores y conserveras. De ahí que en el supuesto de que se confirme la remisión de la marea roja todavía se podría recuperar parte de la producción y, por tanto de los ingresos.

El Intecmar de Vilaxoán (Instituto Tecnolóxico do Medio Mariño) proseguirá hoy con el muestreo de las rías, tanto en el interior, junto a las bateas, como en la plataforma continental para conocer la evolución de este episodio de contaminación que afecta a los bivalvos.

La situación tiene en alerta al sector sobre todo por la llegada a Galicia de producto de fuera que, sin duda, tiene muchas menos garantías sanitarias que las de aquí.