La iglesia parroquial de Caleiro, en Vilanova de Arousa, se encuentra en un estado de conservación lamentable. Desde que los actos litúrgicos se trasladaron al vecino salón parroquial, la iglesia se ha ido degradando poco a poco, hasta el nivel de necesitar una urgente renovación.

En ese camino están trabajando una serie de vecinos, que se han decidido a crear una comisión que ha servido para recaudar parte de los 38.000 euros que necesitan para restaurar el templo parroquial en su primera fase. El resto del dinero que necesitan están tratando de conseguirlo implicando a las administraciones, al tratarse de una edificación que acumula siglos de historia y que puede perderse por falta de mantenimiento.

La primera fase en la que se ha comenzado a actuar es en el tejado, el cual amenaza con caerse debido a la falta de mantenimiento. Además, el agua se cuela por toda la estructura y ha comenzado a dañar algunas obras de arte que guarda la iglesia, como es el caso del altar mayor. La humedad, en jornadas como la de ayer es muy alta, por eso la comisión quiere que se actúe cuanto antes y ya se ha comenzado a hacer alguna reparación a través de un contratista que colabora habitualmente con la parroquia. Eso en cuanto a la primera fase, ya que los vecinos tienen previsto ejercitar en el futuro la opción de una segunda etapa en la recuperación de la iglesia. Ésta afectaría al altar mayor y a las tribunas. También a las pequeñas capillas que existen en el interior del templo, a las que habría que limpiar la piedra para mejorar su imagen.

Una vez reparado el interior de la nave, no se descarta que el interior del templo vuelva a ser utilizado para la celebración de actos religiosos más pequeños, como misas semanales, bautizos o bodas. La parroquia cuenta con más de un millar de habitantes, y todos ellos se han volcado en colaborar con la comisión para conseguir el dinero necesario para la obra.

Las primeras referencias a la iglesia de Caleiro se remontan al año 1114, aunque la planta original fue muy modificada, pese a que todavía quedan intactos el ábside, parte del muro sur y la fachada occidental. El inmueble incluye una capilla del siglo XVI, conocida como la Capilla del Cristo de los Clérigos, fundada en 1588. En el templo se dejaron de celebrar actividades religiosas al trasladarse al salón parroquial en los años 90.