Decepción. Esta puede ser la palabra que mejor defina el arranque de la campaña de libre marisqueo en la ría de Arousa. Es cierto que se cogieron los topes establecidos para la almeja, e incluso que en algunos puertos se registraron precios razonables. Pero la lectura global de esta primera jornada extractiva es que el berberecho no aparece por ninguna parte en el río y que los precios son "flojos tirando a bajos".

Para faenar ayer estaban autorizados 721 barcos, lo que supone que podía haber a bordo alrededor de 2.000 rañeiros o mariscadores de a flote.

350 de esas naves realizaron su labor en Os Lombos do Ulla, el mejor banco de libre marisqueo de Galicia, mientras que 184 naves se fueron a O Bohído -a la altura del puente de A Illa- y 103 trabajaron en Cabío, dedicándose los 84 barcos restantes a "otras zonas" comunes de la ría arousana.

Todas las miradas se centraban en lo que ocurría en el río. Los biólogos habían indicado que este año podría capturarse de nuevo el berberecho, después de que en la anterior campaña brillara por su ausencia. Pero pronto se confirmaron los peores augurios, y ese preciado bivalvo del río no llegó a cubierta.

Esto indignó a muchos de los marineros, sobre todo a los que descargaban su mercancía en Carril para subastarla en esta lonja. Incluso se vivieron escenas de tensión, sobre todo cuando se trataba de llegar a un acuerdo sobre el peso de la mercancía obtenida, ya que no es lo mismo que se pese en la batea que se utiliza como punto de control, situada a la altura de Cortegada, que pesar ese mismo producto ya en lonja, pues hay que tener en cuenta que merma al perder agua.

Al margen de este asunto, y volviendo a la jornada extractiva propiamente dicha, todos los marineros se quejaban de la ausencia de berberecho. Y este lamento era extensible al puerto de Rianxo, donde Os Lombos do Ulla juegan un papel muy importante en los balances anuales.

Mejor iban las cosas en O Bohído y Cabío, donde el berberecho ya nunca está presente y lo que se extrae mayormente son los diferentes tipos de almeja.

Como es habitual, también en estos dos bancos se escuchan versiones para todos los gustos, y unos se muestran más satisfechos que otros. Pero por regla general puede hablarse de un inicio de campaña aceptable.

"No están las cosas para florituras y nos ha sorprendido que no apareciera el berberecho en el río, pero habrá que esperar unos días antes de sacar conclusiones y tomar decisiones", argumenta Baltasar Rodríguez, el patrón mayor de la cofradía de Rianxo.

Recordaba ayer que "los biólogos nos dijeron que en el río podía empezar a recuperarse el berberecho comercial, pero parece que no es así; aunque también es verdad que hay gran cantidad de este producto, aunque es pequeño y habrá que tener paciencia y dejarlo crecer".

El rianxeiro indica, asimismo, que las primeras jornadas siempre son las más complicadas, sobre todo cuando, como sucedió ayer, la ría amanece cubierta de una espesa niebla.

Benito González, el patrón mayor de Cambados y presidente de la Federación Gallega de Cofradías, hacía reflexiones similares. "No hay berberecho en el Ulla, pero habrá que esperar unos días antes de que nos reunamos y decidamos qué hacer", sugirió el cambadés.

Acto seguido apuntó que en el caso de sus socios "parece que la jornada no fue del todo mal, ya que se alcanzaron los topes establecidos y los precios fueron bastante buenos, con la japónica a 5 o 6 euros y la babosa marcando un máximo de 18 euros por kilo". Sea como fuere, "estamos empezando y hay que ser paciente", aconseja Benito González.