Ambas chicas afirman que les fue muy fácil conseguir el espacio. "La verdad es que entregamos los papeles necesarios y a la semana siguiente teníamos las llaves", confirma. "Para nosotras trabajar aquí es una experiencia muy buena, de esta manera podemos tener un empleo y además ir cogiendo experiencia", cuenta Pérez.

El centro de estudios se llama "D´Letrea" y da apoyo a niños de infantil, primaria y ESO y lleva abierto desde el 1 de julio. "Nuestra idea es que podamos seguir trabajando en esto, porque nos gusta. Si nos va bien, el día de mañana pensaríamos en alquilar nuestro local y trabajar en él", dice Pérez.

Óscar Pouso, de 33 años, llevaba diez trabajando en criaderos de moluscos. Su amigo, Guillermo Montero, en depuradoras. En sus años de experiencia ambos vieron las carencias que había en el sector. "Nos dimos cuenta de que es complicado conseguir la cría, de que a veces llega de mala calidad, por lo que creímos que nosotros podíamos suplir esta carencia", cuenta Pouso.

Esta fue la manera en que ambos se embarcaron en el proyecto de crear una empresa importadora de moluscos.

"El problema era comenzar sin dinero. Ahora nosotros sólo tenemos gastos por lo que este local lo significa casi todo", cuenta Pouso. Y añade: "Se verá en un futuro si esto funciona o no pero es muy importante que alguien nos apoye y nos ayude para saber si la empresa puede salir o no adelante".

Montero y Pouso trabajan en el local desde junio. Su función en él, básicamente, es ponerse en contacto con los proveedores de la cría. "Queremos que empiece a funcionar realmente en octubre", cuenta Pouso.

Lo más complicado para un emprendedor es comenzar a trabajar. Pagar el alquiler de un local y hacer frente a los primeros gastos cuando todavía no se ingresa nada resulta una tarea imposible para las personas que lamentablemente sólo cuentan con una buena idea pero no con dinero para llevarla a cabo.

Para que estas ideas no se queden sólo en la mente nace en el pazo Vista Real, anteriormente perteneciente a la familia de los "Charlines", en Vilanova de Arousa, un vivero de empresas, que cuenta con locales totalmente acondicionados para que los profesionales entren a trabajar y en los que no tienen que pagar nada por ocuparlos.

Las condiciones necesarias para que el Concello ceda uno de estos habitáculos son sencillas. La primera es que la persona tiene que estar censada en Vilanova,hacer una declaración jurada de que utilizará el local para trabajar y además presentar un proyecto sobre la empresa que tiene pensado llevar a cabo. Después de analizar las propuestas, el Concello otorga uno u otro habitáculo.

Oficinas que cuentan con mesas, sillas, servicios y conexión de internet y teléfono es lo que se ofrece a cambio de una buena idea y muchas ganas de trabajar. En estos momentos son siete los jóvenes que se benefician de estos espacios: empresas de moda, de venta online, de construcción o una academia de idiomas, es lo que en estos momentos está montado en el pazo. Pero el Concello afirma que todavía tendrían sitio para que trabajen dos o tres emprendedores más.

"Para nosotros es un honor conceder estos sitios para personas que tienen ganas de trabajar", cuenta la edil de Xuventude del Concello de Vilanova, Nuria Morgade. Y añade: "Las personas en estos tiempos lo que necesitan es un buen empujón para decidirse a crear una empresa. La gente no tiene dinero y no están dispuestos a ponerlo en peligro en un proyecto que no saben si saldrá adelante o no".

La concelleira cuenta que la inversión que tuvo que hacer el Ayuntamiento para crear estos espacios fue grande ya qe se tuvo que cambiar la instalación eléctrica del pazo, poner la red de internet, amueblar cada despacho... "pero sabemos que es una muy buena iniciativa por lo que no dudamos en llevarla a cabo", cuenta Morgade.

En cuanto al gasto en el mantenimiento de los locales la edil afirma que es casi una partida "anecdótica" en comparación con otras. "No gastamos mucho . Además, sabiendo que lo que estamos proponiendo es una salida para todas esas personas emprendedoras que tienen ganas de trabajar y que necesitan que alguien les apoye, el gasto todavía parece menor", añade.

Por estos espacios ya han pasdo algunos jóvenes que no han conseguido que su empresa haya ido a más, pero también otros que vieron nacer en este pazo de Vilanova el proyecto con el que ahora se ganan la vida. "Está claro que quizás no todos consigan su objetivo pero lo importante es que lo intenten, que vean que aquí hay gente que les apoya y que cree en sus proyectos", afirma Morgade.

Y esto, ese "empujón" es lo que agradecen los jóvenes. "Es importante ver como en estos tiempos hay espacios para nosotros. Para que los jóvenes intentemos salir adelante y trabajar en algo que nos guste", cuenta Alicia Nogueira, una de las beneficiarias de los espacios del vivero, en el que junto a su hermana, también diseñadora, están ultimando su primera colección de ropa.

Lo mismo cree José Ramón Blanco, de 36 años. Después de haberse licenciado en Economía e intentar encontrar un puesto de trabajo, lo que decidió fue montar una academia de educación financiera. "Lo que hago en el vivero es dar cursos y charlas sobre economía. Lo que quiero es dar formación a todas esas personas que no están ligadas a este ámbito para que sepan y se protejan de la banca", cuenta este joven. A través de juegos y charlas Blanco enseña a las personas y las protege "de los productos engañosos".

Como ellos dos habla Sandra Piñeiro, Santiago Reyero o Eva Valle, que han visto crecer su idea inicial gracias a tener un espacio gratuito en el que llevarla a cabo.