-Cada año la oferta del local se renueva siguiendo siempre la misma línea. ¿Qué sorpresas hay este año?

-La novedad son los grupos internacionales. Son apuestas personales que espero que tengan buena acogida. Ya hemos tenido el concierto de Charles Walker & The Dinamytes, o un grupo de jazz de Nueva Orleans. Pronto vendrá el parisino Juan Rozoff que ofrece una música maravillosa pero poco conocida.

-¿Hay algún artista qué le gustaría haber traído y todavía no lo haya conseguido?

-Cuando empecé creí que con el directo de Antonio Vega había tocado techo, después pensé en Andrés Calamaro... Ahora creo que descubrí que lo ideal para el bar es aspirar a conseguir grupos que no se conocen tanto pero que son buenísimos. Está claro que esta oferta hay que combinarla con artistas conocidos que hacen noches especiales.

-¿Quiénes crean ese ambiente en el Náutico?

-La verdad es que todos.Por ejemplo siempre que viene Nacho Vegas hay un ambiente increíble o cuando toca Raimundo Amador.

-Y cuando el verano se acaba, ¿en qué se convierte este local?

-En invierno es la última cabaña de la última playa de San Vicente. Tenemos un ambiente muy familiar, con una atmósfera de casa. Una chimenea encendida, sofás en los que estar cómodos mientras disfrutan del mar picado y las olas. Hay niños y mayores y de vez en cuando contamos con música en directo.