La 21ª Festa da Ameixa no se celebrará si la Consellería de Mar no realiza una excepción con los parquistas de Carril a la hora de vender marisco fuera de la talla reglamentaria para este evento, puesto que la nueva orden de la Xunta obliga al sector a comercializar una babosa con un tamaño mínimo de 38 milímetros y la agrupación alega que la almeja de Carril "tiene su calidad en un tamaño relacionado con su edad", por lo que no pueden dejarla más tiempo en el vivero, explica el presidente de los parquistas, José Luis Villanueva. "Envejece, pierde calidad y nadie la compra", apunta el productor.

La comisión de la Festa da Ameixa, formada por la agrupación y el pósito carrilexo, se reunió ayer por la tarde de urgencia para analizar la situación después de que el secretario xeral do Mar, Juan Maneiro, advirtiese que la consellería sancionará a toda aquella persona que venda o compre almeja por debajo de la talla mínima. Si esta postura persiste, dice Villanueva, la fiesta no se organizará. "Podemos vivir sin fiesta, pero no sin nuestra economía, de la que vivimos directamente más de 650 familias", comenta el parquista.

Con todo, la comisión da de plazo hasta finales de la próxima semana a Mar para que les convoque a una reunión en la que el sector pueda explicar la situación y el motivo de que, según ellos, tengan que incumplir las nuevas tallas para poder vender. "Esto es un castigo del que no entendemos el por qué. No queremos enfrentamientos con la consellería, sino diálogo", afirma José Luis Villanueva, quien recuerda que el fin de la fiesta es promocionar la almeja de Carril.

¿Cuál es el tamaño idóneo de este bivalvo tan preciado para que mantenga su calidad y sabor intactos? Para el presidente de la agrupación de productores "el tamaño adecuado es cuando podemos venderla. Tenemos concesiones privadas, la almeja es nuestra. Tenemos que venderla cuando a nosotros nos es rentable, no cuando Maneiro quiera. Además, la almeja no va a crecer más, se va a poner vieja, pierde calidad y no lo compra nadie", esgrime el productor.

Ante esta incertidumbre, Villanueva lamenta que tendrán que suspender los pedidos de 50 millones de unidades de almeja para siembra, lo que se traduce en un valor cercano a los 600.000 euros. "Si no vendemos, no podemos comprar semilla, y otra almeja está ocupando el sitio", concluye el portavoz de los parquistas.