Las comisiones de fiestas se están viendo obligadas a ajustar al máximo sus presupuestos debido a la crisis económica. Algunas ya han empezado a pedir por casas y empresas, y notaron un descenso notable en la recaudación; otras ya saben que este año no podrán hacer grandes alardes porque han vendido menos lotería o han conseguido menos dinero con otras actividades, como las excursiones o los libros de publicidad.

El presidente de la comisión de fiestas de A Torre (Vilagarcía) cuenta que tienen sobre un 30 por ciento menos de ingresos que otros años a estas alturas de la primavera "y eso que nos matamos a trabajar, vendiendo lotería, haciendo las poxas, organizando excursiones y bingos... Estamos empezando a preparar el libro de las fiestas y calculamos que más de la mitad de los anunciantes del año pasado no van a repetir", declaró ayer Celestino Abad. A Torre es conocida por celebrar unas de las mejores fiestas de la comarca, y por traer a las orquestas más cotizadas, pero este otoño los grupos no serán de tanto relumbrón, pues la comisión decidió contratar a una agencia más económica que la de los últimos años.

Tampoco están para echar cohetes en Guillán. Esta parroquia vilagarciana celebró el sábado la festividad de San Antonio, y ni siquiera han conseguido recaudar todo el dinero que costó la jornada entre el petitorio puerta a puerta y la caja del bar de la verbena. "Nos ha quedado una deuda de 1.500 euros, que irá para las fiestas de septiembre", explica el presidente de la comisión, José Luis Reino.

"Por el camino que vamos las fiestas terminarán siendo como las romerías de antes, que se hacían con un grupo de gaitas y punto. Las comisiones ingresamos cada vez menos dinero, pero las orquestas en cambio no ajustan para nada los precios", añade Reino.

El presidente de la comisión de fiestas de San Roque de Bamio, Paulino Longo también apunta que los ingresos han caído en picado. La medida que ellos pondrán en marcha viendo el panorama es "tratar de contratar las orquestas a última hora". Lo que se evita de esa forma es el riesgo de ingresar menos de lo que ya se había gastado en la contratación de los grupos. a cambio, el riesgo es tener que conformarse con las orquestas menos solicitadas.

Pero hay parroquias de Vilagarcía donde la situación incluso puede ser peor, aunque su caso no esté exclusivamente relacionado con la crisis económica. En Rubiáns, por ejemplo, todavía no existe ninguna comisión dispuesta a organizar las fiestas de septiembre, que se hacen en honor a Santa Plácida y San Ramón. El año pasado había una cuota fija de 75 euros por domicilio, pero muchos dejaron de pagarla. Y también es posible que no haya fiestas patronales este año en otras dos parroquias vilagarcianas, como son las de Fontecarmoa y Sobradelo.

Subvenciones públicas

Otra de las líneas de financiación de las comisiones son las administraciones públicas, que suelen colaborar ya sea mediante aportaciones en metálico o con el envío de grupos de música tradicional o de bandas adscritos a sus planes culturales -en el caso de la Diputación- o que reciben ayudas públicas de los ayuntamientos. Pero también este tipo de partidas se han visto mermadas.

Otro ejemplo de como la crisis afecta a los festejos se produjo en San Martiño de Meis a finales del año pasado, cuando estuvieron a punto de festejar a San Blas sin fuegos artificiales ni música debido al drástico bajón de las ofrendas al santo.