Las vikingas de Catoira protagonizaron ayer una nueva conquista, aunque esta vez de manera totalmente pacífica, y por una buena causa. Lo que hicieron fue tomar los montes del municipio vecino de Valga para recolectar flores, y más concretamente lo que ellas popularmente conocen como "chuchameles".

Las catoirenses no dudaron en introducirse entre la abundante maleza que crece en los pinares de la parroquia valguesa de Cordeiro para apañar unos buenos manojos de estas coloridas y tradicionales plantas silvestres, las cuales van a servirles para elaborar una alfombra floral que, según prometen, "será espectacular".

Y es que se trata de vecinas de la parroquia catoirense de Santa Baia, donde además de rendir culto cada año a la patrona reservan un espacio importante para la fiesta de Corpus, que es cuando se colocan las alfombras adornando la calle, como se hizo hace días en San Vicente de O Grove, en A Xunqueira (Vilagarcía) y otros muchos puntos de la comarca de O Salnés y el territorio del Ullán.

En el caso concreto de Santa Baia la cita es el domingo que viene. Las mujeres que ayer recogían flores y se pinchaban en los tojos de los montes de Valga van a recibir la ayuda de otros catoirenses para, desde las cinco de la madrugada, elaborar el manto floral. Estará listo para lucir en todo su esplendor con motivo de la misa, que comenzará a la una de la tarde, y posterior procesión. "Están todos los vecinos invitados", decían ayer las mujeres.