José Manuel Pérez Meis vuelve a la carga. Este vecino grovense colocó postes ocupando terrenos que cree suyos, presentó reclamaciones y acudió a los notarios y a los juzgados para que le reconocieran la titularidad de parcelas situadas en el entorno de Punta Moreiras, donde se sitúa el Museo de la Pesca y la Salazón del Concello de O Grove.

Ahora no solo reivindica su titularidad sobre los terrenos, sino que amenaza con reclamar por vía judicial esas naves que se han convertido ya en una de las referencias culturales y turísticas de la localidad.

Papeles y sentencias judiciales en mano, José Manuel Pérez Meis vuelve a denunciar que la comunidad de montes de San Vicente de O Grove -primero presidida por el edil conservador Manuel Ochoa y ahora capitaneada por Jesús Otero Pombo- usó y ocupó como comunales -negociando con ellos- terrenos que, en realidad, le pertenecen a él. Y entre esos terrenos están, precisamente, algunos de los situados en el ámbito de influencia del citado complejo museístico de Moreiras.

Ahora este vecino asegura que ha conseguido demostrar por vía judicial "que los terrenos que la comunidad de montes tomó como suyos son en realidad míos", pero no satisfecho con esto anuncia que "el siguiente paso puede ser el de acudir al juzgado para reclamar también la titularidad de las naves del museo".

Ni que decir tiene que esto, en caso de prosperar, daría al traste con todos los planes del Concello y de la propia comunidad de montes, pero sobre todo amenaza con convertirse en un conflicto judicial que se mantendrá durante muchos años más.

Desde luego esta no es la primera vez que José Manuel Pérez Meis fija sus ojos en las naves del museo. En noviembre de 2011, por ejemplo, cuando ya estaba inmerso en plena batalla judicial contra los comuneros y el Concello de O Grove, este hombre mostraba actas elaboradas hace más de doscientos años que avalarían que parcelas como la del aparcamiento del museo no eran comunales. Pero al mismo tiempo explicaba que al menos una de las naves reconvertidas como museo de la salazón y antiguamente usadas como fábricas fue declarada comunal "porque los propietarios de la misma no aportaron la documentación necesaria para demostrar lo contrario". Es decir, que esas instalaciones sí habrían sido privadas, y por tanto Pérez Meis cree estar en condiciones de reclamarlas como suyas. Por aquel entonces también manifestaba que el Concello y los comuneros "quizás no actuaron de mala fe, sino que trataron de defender los terrenos que consideraron que eran comunales, y lo hicieron bien, pero en realidad el terreno no es suyo".