Patrice Louise Marie Pierre Muñoz fue condenado en junio de 2009 por la Sección Cuarta de la Audiencia de Pontevedra a penas que sumaban casi 40 años de prisión por el asesinato de los primos Ricardo y José Ángel Feijóo en un molino de Cambados en diciembre de 2005. Un doble crimen que conmocionó a la sociedad gallega por la frialdad con la que se llevó a cabo, una ejecución en toda regla en lo que parecía un ajuste de cuentas derivado del narcotráfico.

Casi cuatro años después de aquella condena, este sicario de origen galo vuelve al banquillo de los acusados, en este caso, del juzgado de lo Penal 1 de Pontevedra, acusado de un delito de amenazas. Durante aquel célebre juicio celebrado en la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial, el encargado de sostener con éxito la acusación pública fue el fiscal jefe de la provincia, Juan Carlos Aladro. Con Patrice Muñoz en prisión cumpliendo su elevada condena, el 21 de mayo del pasado año se recibió en la Fiscalía de Pontevedra una carta dirigida directamente a Juan Carlos Aladro y que remitía el acusado desde el centro penitenciario de Algeciras-Cádiz, en la que se encontraba entonces el acusado. Según el escrito de acusación del Ministerio Público, a lo largo de los cinco folios de los que consta la misiva, Patrice Muñoz le falta al respeto al fiscal jefe en lo referente al desempeño de su cargo, le advierte de su errónea actuación en aquel juicio y también le comunica que ha acudido al Tribunal de Derechos Humanos. Añade la fiscal del caso que "con el propósito de perturbar de forma grave" el ánimo del fiscal jefe y "su sentimiento de seguridad", Patrice Muñoz llegó a amenazarlo de muerte en el caso de que se produjese "cualquier cambio negativo sobre mi situación", dice en la misiva.

Aunque el escrito de acusación de la Fiscalía recoge esta única misiva en tono amenazante remitida al fiscal jefe, distintas fuentes apuntaron a que Aladro habría recibido más cartas en tono amenazante por parte de este recluso.

Pierre Muñoz fue condenado como uno de los ejecutores del doble asesinato, junto con elvasco José Manuel González Lacunza. Ambos, en unión de otras personas desconocidas, abordaron a los dos primos, les redujeron e hicieron subir a los vehículos, llevándolos al domicilio de uno de ellos. Allí obligaron a Ricardo Feijóo a abrir la caja fuerte de la que sustrajeron entre 5.000 y 6.000 euros. Tras amenazar y maniatar también a la esposa de una de las víctimas, trasladaron a los dos primos hasta un molino abandonado en la zona de Castrelo donde dispararon varias veces sobre ellos causándoles la muerte. Luego intentaron eliminar cualquier tipo de prueba prendiéndole fuego a los cadáveres.