La peatonalización del entorno de Vista Alegre, Castelao y Rey Daviña ha supuesto una profunda transformación del entramado urbano de Vilagarcía. Así, el acondicionamiento de estos viales ha permitido crear un continuo urbano de prácticamente un kilómetro de longitud que enlaza el principal monumento de Vilagarcía, como es el convento e iglesia de Vista Alegre, con la Praza da Constitución, que está a un tiro de piedra de dos de los espacios de esparcimiento más concurridos de Vilagarcía, como son el parque Miguel Hernández y el paseo marítimo y la playa de A Concha-Compostela.

No fueron éstas, de todos modos, las primeras peatonalizaciones de Vilagarcía. Hace décadas, el cierre al tráfico de la plaza de Galicia supuso una verdadera revolución en la ciudad y hubo furibundos opositores. En la actualidad es uno de los espacios preferidos de reunión y descanso para los vilagarcianos, y escenario de numerosas actividades públicas.

También O Castro y varias calles adyacentes a A Baldosa están vedadas al tráfico, aunque con resultados muy dispares.