Ha pasado más de un año desde que FARO DE VIGO desveló los planes del tripartito grovense, y especialmente los del alcalde, que abanderó la idea. Quieren habilitar un centro de interpretación, un museo o una infraestructura similar relacionada con la carpintería de ribera. Y va a estar dotado de unas instalaciones lo suficientemente amplias como para desplegar en ellas las actividades propias de ese auditorio por el que suspiran los grovenses desde hace décadas.

El Concello va a actuar con el aval de Portos de Galicia -los terrenos son de ese departamento- y con apoyo tanto de la Xunta como de la Diputación -tal y como se comprobó ayer-. Desde aquellas primeras referencias al edificio con forma de barco en posición invertida, han sido muchas las explicaciones ofrecidas a través del decano de la prensa nacional para ir desgranando poco a poco las características esenciales de esta propuesta. En octubre pasado, sin ir más lejos, incluso se publicaron en este diario los bocetos del arquitecto que plasmó sobre un borrador los planes del gobierno tripartito para este museo.

Dicho centro de interpretación, cabe recordar, se inspira en los viejos barcos abandonados que durante largo tiempo permanecían sobre la arena y se pudrían en ella. Aquella imagen de grandes caparazones de embarcaciones en desuso y simbolizaba la agonía de la carpintería de ribera es la que ahora inspira el diseño de este edificio.