La polémica está servida, y todo por el encendido de una hoguera para "asar unas sardinas" y "un churrasquito" en una calle peatonal del centro urbano grovense, la cual tiene apenas tres metros de ancho y está rodeada de viviendas, toldos y negocios, entre ellos una tienda de muebles de madera.

Por esta razón el empresario responsable de la barbacoa y el Concello se enfrentan en una polémica que puede derivar incluso en alguna que otra sanción.

Apelando al riesgo existente, y dado que "está totalmente prohibida esta práctica en una calle como ésta", el concejal de Seguridad Ciudadana, Alfredo Bea García, ordenó a la Policía Local y a Protección Civil que apagaran las llamas.

Lo hizo el viernes, y así ocurrió. Es más, los rescoldos de la hoguera fueron depositados en un capazo de plástico que acabó ardiendo también, originándose un pequeño fuego que obligó a intervenir a los equipos de emergencia.

Pero es que ayer volvió a encenderse otra hoguera en el mismo lugar. Y eso no es todo, sino que a través de facebook el empresario local César García colgó una foto en la que mostraba la nueva barbacoa que había hecho la calle, frente a su restaurante. Lo presentó como una "gastrobarbacoa" y aseguró que tenía "permiso del alcalde". Llegó a manifestar que sabe que está prohibido, "pero en fechas señaladas, como este puente de las Letras Gallegas, no pasa nada por hacer una hoguerita".

Este conocido restaurador incluso aseguró que la Policía Local se lo consintió, y mientras tanto los agentes evitaban aclarar cómo tenían que actuar en este caso, y cuando eran invitados a concretar si iban a apagar de nuevo la hoguera se negaban a hacerlo.

Todo esto ocurrió al filo de las nueve de la noche. Desde ese instante se precipitaron los acontecimientos y el alcalde, Miguel Pérez, negó haber dado permiso alguno y, como hizo Alfredo Bea, ordenó a la Policía Local que apagara inmediatamente la barbacoa, al igual que se pidió a Protección Civil.

Respecto al supuesto permiso, el regidor indica que el empresario "acudió a mi hace unos días para pedirme un permiso para estas barbacoas en plena calle y le dije que lo estudiaríamos, pero no nos dio tiempo a hacerlo porque lo solicitó en el último momento, justo antes del festivo, y esto supone que no tiene permiso de ningún tipo".

Al parecer se han producido diferentes quejas de los vecinos y paseantes por la existencia de esa barbacoa en medio de la calle peatonal de Pratería. Y no son solo por el miedo a que las llamas puedan prender en el mobiliario o las viviendas próximas, sino porque "apenas queda espacio para pasear por la calle y no es lógico hacerlo arriesgándose a sufrir quemaduras", alegan los denunciantes.