La Mancomunidade do Salnés ha iniciado los trámites para deshacerse de una botella gigante de vino que se construyó para un desfile de la Festa do Albariño y que lleva década y media pudriéndose a la intemperie en la explanada de la depuradora de agua potable de Tremoedo, en Vilanova.

La pieza se construyó a finales de los años 90, a iniciativa del Ayuntamiento de Cambados, que siempre procuraba sorprender con algún elemento nuevo y llamativo en el desfile oficial de la Festa do Albariño. Un año, siendo alcalde Santiago Tirado, se les ocurrió confeccionar una botella de vino gigante; la colocaron encima de un carromato con ruedas y la hicieron salir desde San Tomé hacia el Ayuntamiento, donde se encontraban las autoridades.

La botella iba cerrando la comitiva oficial hacia el pazo de Fefiñáns, donde tendría lugar la investidura de los nuevos Cabaleiros y Donas del Albariño, y Tirado recuerda que causó sensación, y que la seguía muchísima gente, impresionada por su tamaño. Pintada de blanco, con unas pequeñas ventanillas en el lateral, y con alusiones grabadas en el casco al Xacobeo de 1999 y a distintas localidades gallegas, algunos apuntaron que incluso podría tener algún tipo de aprovechamiento turístico.

Pero terminada la fiesta, el Ayuntamiento la trasladó a la estación depuradora de agua potable de Tremoedo (Vilanova) y allí quedó. Arrinconada en un lado de la parcela, la gran botella que fue orgullo de los cambadeses durante unas horas comenzó su lento e inexorable deterioro.

Santiago Tirado recuerda que hace unos años un hostelero de Vilanova acudió a hablar con él para preguntarle si podría llevársela para decorar la finca de su establecimiento. Pero al llegar a Tremoedo y ver el estado y las dimensiones de la botella consideró que no le valía la pena y la dejó quedar.

Ahora, llena de polvo y cubierta de manchas de humedad, sobre sobre un carromato oxidado y con las ruedas desinchadas, la Mancomunidade do Salnés quiere deshacerse de ella. El presidente comarcal, Gonzalo Durán, ha empezado las gestiones para su eliminación, pues resta espacio en las instalaciones de la depuradora y da una imagen de abandono que no se corresponde con el resto de la depuradora. Lo curioso es que muy pocos recuerdan ya la historia de la pieza. De hecho, algunos aseguran que fue la ocurrencia de un hombre que la quiso convertir en un barco y hacer las américas con el turismo.