El grupo Conservas Garavilla anuncia que el próximo lunes estará el 100% de la plantilla fija de Cuca en Vilaxoán incorporada en la fábrica de O Grove, "tal y como se aseguró desde el primer momento, cumpliendo con ello el compromiso adquirido de mantener el empleo en la comarca de O Salnés". La empresa lanza duras acusaciones contra los "asesores sindicales", a los que, anuncia, pedirá "responsabilidades legales". Aunque dice literalmente que emprenderá estas acciones contra "los causantes de impedir por la fuerza el traslado", en otra parte de su comunicado se lamenta del "grave perjuicio que está ocasionando a la compañía el retraso del proceso de traslado provocado intencionadamente por los asesores sindicales", lo que evidencia que las medidas legales se dirigen hacia los sindicalistas.

Los propietarios de Cuca consideran que "la estrategia sindical se ha basado desde la primera reunión en negarse a negociar las condiciones de traslado, dilatar la negociación e infundir incertidumbre y temores a la plantilla acerca de supuestos despidos y pérdidas de empleo".

"Afán de notoriedad"

Y las críticas y acusaciones no terminan aquí. Garavilla culpa a los representantes de los trabajadores de haber frustrado un acuerdo con la compañía, puesto que "la empresa había aceptado todas las pretensiones realistas". "Lo impidieron, haciendo creer a parte del personal que una serie de carambolas judiciales pueda resultar en indemnizaciones de 45 días", carga contra los sindicatos, a quien les atribuye "un interés y afán de notoriedad" que, siempre según las declaraciones del grupo conservero vasco, "han estado por delante del interés de los propios trabajadores, que han mantenido una lucha estéril de cinco meses sin que en ningún momento su continuidad laboral se viera amenazada".

La firma asegura "entender" que el cambio de un centro de trabajo después de tantos años en una misma factoría -para muchas operarias el de Cuca fue su primer empleo, con 14 años- "genere incertidumbres y un cierto desasosiego". En este sentido, responsabilizan a los representantes sindicales de "haberse dedicado a infundir temores y a instigar movilizaciones y medidas de presión" en lugar de "dar confianza y ayudar en el proceso".

Con la "totalidad" -asegura Garavilla- de la plantilla de Cuca trabajando en la fábrica de Isabel, "esperamos superar las reticencias iniciales y demostrar que el traslado de la producción de la planta de Vilaxoán a las instalaciones del grupo en O Grove responde a razones exclusivamente industriales y de futuro de negocio".

La compañía conservera garantiza que la producción de Cuca "se verá favorecida por la complementariedad de servicios comunes, el mejor aprovechamiento de las materias primas y por disponer de unas instalaciones más modernas y flexibles, que permitirán el incremento de producción cuando lo exija el mercado".