La demanda de enoturismo entre los cruceristas está en alza y las bodegas y pazos de O Salnés no están dispuestos a desaprovechar la oportunidad que les brinda un nicho de mercado con clientes que suelen gozar de un poder adquisitivo medio-alto. Ya sea con la colaboración de la Autoridad Portuaria o sin ella. Por el momento, las empresas vitivinícolas de la comarca consultadas por FARO han tomado la iniciativa, emprendiendo gestiones por su cuenta para lograr que los pasajeros de los cruceros conozcan sus viñedos y todo el sistema de producción del vino. Negocian directamente con los principales turoperadores del sector que trabajan en los puertos gallegos para que sus instalaciones se incluyan en las excursiones que se ofrecen a bordo.

La oferta de visitas dirigidas exclusivamente a cruceristas constituye una práctica que comenzó en las bodegas salinienses hace escasos años. Hasta el momento ni al pazo de Rubiáns ni al de Baión han llegado jamás cruceristas que desembarcaron en Vilagarcía. Sin embargo las visitas de grupos procedentes del Puerto de Vigo y, en menor medida, de A Coruña, son habituales en la temporada de cruceros. En cuanto a Martín Códax (Vilariño, Cambados) y Agro de Bazán (Tremoedo, Vilanova), sí han recibido alguna vez pasajeros de buques que recalaron en la capital arousana, pero en visitas muy puntuales y sin mediación de la Autoridad Portuaria.

Martín Códax. En el caso de esta bodega, su responsable de enoturismo, María Otero, asegura que el año pasado su departamento inició una labor de investigación para saber cuáles eran las principales agencias encargadas del tráfico de cruceros en Galicia. Contactaron con ellas y acordaron incluirse en las rutas que se ofrecen a bordo. "Llegan cruceristas de Vigo y A Coruña, de Vilagarcía muy pocos, tres o cuatro visitas puntuales", relata Otero, quien considera "importante que desde las autoridades se fomente el turismo enológico." No obstante, desde Martín Códax consideran que "estamos todos implicados y debemos sentarnos juntos y ponernos manos a la obra". En cuanto a la posibilidad de ampliar la duración de las escalas, "es importante que sean al menos de ocho horas". "Nosotros teníamos una excursión de un crucero que era de cuatro horas y el turoperador no tuvo problema en aceptar las ocho. Hay flexibilidad, pero hay que trabajar con anterioridad", advierte Otero.

Pazo Baión y Condes de Albarei. La responsable de enoturismo del pazo Baión y Condes de Albarei, Alicia Martínez, considera interesante que todos los agentes implicados -tanto públicos como privados- en la captación de cruceristas se reúnan para empezar por ofrecer a consignatarios y turoperadores una ruta por los principales recursos turísticos de la comarca -a nivel cultural, histórico, paisajístico, arquitectónico, gastronómico, etc.- para que, conociéndolos, puedan ofrecerlos a los pasajeros. "Empezamos el proyecto en 2008 y en 2012 comenzamos con los cruceros de Vigo y tuvimos varias visitas. De Vilagarcía ninguna, pero estamos abiertos a todos los puertos de Galicia y a quienes quieran visitarnos".

Bodega Agro de Bazán. Esta bodega recibió el año pasado por primera vez a cruceristas que desembarcaron en Vilagarcía. Con todo, desde Agro de Bazán precisan que "el 99% vienen de Vigo". "Probamos con A Coruña pero queda muy lejos. Los turistas vienen con el tiempo contado", apuntan. Esta empresa cree que para que la comarca se dé a conocer y se beneficie del turismo de cruceros la iniciativa debe partir de las administraciones públicas, promocionando sobre todo paisaje y gastronomía. "Luego la iniciativa privada tiene que venir detrás", añaden.

Pazo de Rubiáns. El que aspira a convertirse en un jardín de excelencia internacional se ha aliado recientemente con otro paraíso natural, la isla de Cortegada, para promocionarse conjuntamente en una ruta turística que combina los dos enclaves. Al igual que otros pazos de O Salnés, también ha buceado en el mundo del turismo de cruceros hablando con turoperadores. "Tenemos dos grupos previstos para junio y otro para julio, de cruceristas de Vigo y A Coruña. De Vilagarcía nunca tuvimos", indica el ingeniero agrónomo del pazo de Rubiáns, Guillermo Hermo, quien destaca que los cruceros que más interesan son los de pequeña eslora, con capacidad para un máximo de 800 pasajeros, que precisamente son los que recalan en Arousa. "Son los que gastan más dinero por el poder adquisitivo de sus pasajeros", destaca Hermo.

Desvela que solo el 19% de los cruceristas que desembarcan en A Coruña compran excursión en el barco, y en Vigo, cerca del 30%. ¿Qué falla? "El tipo de visita ofrecida no es suficientemente atractiva", opina el ingeniero. Insta a sector público y privado a remar juntos, con el Puerto como interlocutor entre turoperadores y agentes turísticos. También echa en falta una mejor preparación de Vilagarcía para atender a cruceristas. "No pueden desembarcar y que esté todo cerrado", concluye.