La inmensa mayoría de los habitantes de la parroquia meisina de San Martiño se surten de traídas comunales que llevan el agua a sus casas. "Solo cuatro viviendas tienen servicio municipal, el cual se construyó para abastecer al centro médico, al de educación preescolar, la farmacia y el cementerio de la iglesia. Luego se conectaron algunas viviendas", comenta un vecino de San Martiño, donde residen más de medio millar de personas en unos 150 hogares.

En esta parroquia hay varias comunidades de aguas. Una de ellas lleva el nombre propio del lugar, San Martiño, y desde febrero de 2012 está presidida por Ángel Castro, conocido en su entorno como "Nito".

Esta comunidad está formada por 44 viviendas, las cuales pagan una cuota anual para costear tareas de mantenimiento que se suelen externalizar (a fontaneros, etc.). El agua que utilizan proviene de varios manantiales, denominados Fonte do Sapo, Cadelas y Fanteira.

Ninguno de estos cuarenta inmuebles están "enganchados" a la traída municipal. "Solo tenemos comunal y nunca nos quedamos sin agua, es abundante. La bebemos sin problema y hacemos análisis periódicos", afirma Ángel Castro, presidente de una comunidad de aguas creada en los 60.