La primera jornada de puertas abiertas en el Igafa no resultó un éxito de asistencia. Solo una mujer y su hija se personaron para disfrutar de la visita guiada a cargo de su vicedirector, Miguel Lastres. No obstante, todos los interesados en el trabajo en el centro arousano tiene hoy una segunda oportunidad a las 11.00.

Quien hasta allí se acerque no solo disfrutará de un paseo por unas instalaciones repletas de animales marinos de piscifactoría de todos los tamaños, sino también podrá conocer que en el Igafa se ofertan tres ciclos de Formación Profesional y cursos indicados para personas que quieran trabajar en profesiones relacionadas con el mar.

Miguel Lastres explica las salidas de los distintos ciclos. "El de buzo profesional tiene casi un cien por cien de colocación porque es un trabajo con mucha demanda, aunque hay pocas plazas, solo 24 cada año".

Las otras dos vías, una de Grado Superior y otra de Medio, están vinculadas a la acuicultura. "En este caso influye la situación económica actual porque la acuicultura requiere una inversión inicial importante y la rentabilidad se alcanza a largo plazo. También afecta la crisis de Pescanova y su línea Insuíña, donde se realizaban prácticas. Pero los 120 alumnos que tenemos pueden hacerlas en otras empresas o en el extranjero".

Durante el paseo, los visitantes pueden ver como los moluscos, peces e incluso microalgas crecen desde formas extrañas y diminutas a seres de grandes dimensiones.

También hay lugar para los peces y anémonas de exhibición. Habitan en una pequeña sala en la que viven a una temperatura ideal.

La última parada del paseo es en la zona de buceo. "Tenemos dos piscinas, una interior de agua dulce para empezar con las prácticas. En el exterior hay un foso de agua salada de cuatro metros de profundidad que simula las condiciones del mar. Allí aprenden soldadura y corte bajo el agua. Cuando están preparados ya pueden practicar en la ría". Pero antes todos deben pasar por la "cámara hiperbárica, en donde comprobamos las condiciones de cada aspirante a diferentes presiones".

En la parte negativa está el descenso de los fondos públicos, algo que se deja notar en detalles como las numerosas goteras del tejado, pero Lastres afirma que "la calidad de la docencia se mantiene igual".