Carlos Otero irrumpió en política antes de las elecciones de 2011 como una especie de fichaje estrella del PP. Pero dos años después son muchos los que creen que debería dimitir porque consideran que su gestión al frente del área de Cultura deja mucho que desear. Y eso lo pensaban incluso antes de conocer una declaraciones realizadas ayer a FARO que van a provocar un importante revuelo, pues Otero asegura que "lo único decente que hizo este gobierno hasta ahora fue la Escuela de Música".

Ni que decir tiene que al pronunciarse de este modo, presumiendo de una escuela que, efectivamente, también es mérito suyo, lo que hace Otero es tratar de salvarse de la quema, porque sabe que está en el punto de mira.

Pero en su estrategia, el conservador se olvida de que al decir que solo la Escuela de Música se salva de las gestiones en el presente mandato lo que hace, también, es dejar en entredicho tanto a los demás integrantes del PP -que preside el alcalde Miguel Ángel Pérez- como a sus socios en el ejecutivo local, es decir, Partido Galeguista Demócrata y Alternativa Meca.

Lo que sucede es que esta forma de proceder, pensando solo en sus competencias o proyectos, es lo que le reprochan sus compañeros de ejecutivo desde hace mucho tiempo, y lo mismo que los llevó a hacer público su enfado con el concejal de Cultura.

Como se explicaba ayer, Carlos Otero está cada vez más solo y aislado, pues tanto en el PP como en el conjunto del tripartito entienden que está fuera de lugar y que no se preocupa de defender el interés general.

Estas reflexiones fueron las que provocaron la rápida reacción de Carlos Otero, que se pasó buena parte de la mañana de ayer tratando de averiguar qué compañeros están en su contra. Y en medio de esa especie de caza de brujas tuvo tiempo de tratar de defenderse, aunque de una manera muy peculiar.

"Soy el concejal de Cultura y no me meto en nada de lo que hacen los demás, sino que trabajo en mi área y hago lo que puedo y lo que me dejan", esgrime Otero. No contento con esto asegura que "son otros concejales los que se meten en mis departamentos".

Incluso cita a compañeros de partido como Alexandre Aguín, y lo hace para decir que "si quería dimitir no fue por mi culpa, sino por sus problemas con el alcalde", y recalca que "son otros (compañeros de gobierno) los que no se preocupan de nada". Llegado a este extremo es cuando explica que "lo único que se hizo un poco decente en este gobierno fue la escuela de música, que fue realmente la única promesa electoral conseguida".

En este aparente afán de tirar piedras contra su propio tejado, el concejal conservador de Cultura asegura que también ha puesto "el primer peldaño" para conseguir una banda de música en la localidad. Y le gusta colocarle el adjetivo de "municipal" porque cree que de este modo "representa a todo el pueblo".

Para terminar, Carlos Otero asegura que le gusta "que se hable de cosas productivas y no de imbecilidades, por eso creo que lo que estoy haciendo es bueno para el pueblo".