Las inspecciones contra el furtivismo y la extracción ilegal de recursos marinos del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil permitieron recuperar en la provincia de Pontevedra, en lo que a la lucha contra el furtivismo se refiere, más de 350 toneladas de productos pesqueros, entre ellos más de 200 kilos de pulpo, 50 de erizo de mar, 13 kilos de navaja, más de dos toneladas de almeja, 63 kilos de vieira, 66 de berberecho, 148 de nécora, 94 kilogramos de centolla, 181 toneladas de fletán negro y 137 toneladas gallineta, entre otras muchas especies.

Se trata de una de las facetas más importantes de la labor del Seprona durante el pasado año, que persigue a los furtivos pero también combate la pesca ilegal, tratando de garantizar el cumplimiento de tallas y tamaños.

Otra de las labores destacadas de esta unidad de la Guardia Civil se refiere al tráfico de especies protegidas. En este apartado, los agentes recuperaron casi un centenar de ejemplares que se encontraban de forma irregular en la provincia vulnerando lo establecido en el convenio CITES.

Dentro de este supuesto comercio ilegal, son las aves las que son mayoría y especialmente los loros. De hecho, copan el 98 por ciento de las incautaciones, lo que da una medida de las dimensiones que puede tener las transacciones ilícitas con este tipo de animales.

La cotorra monje y el lorito senegalés son las que más frecuentemente son capturadas por los agentes de la Guardia Civil. Uno de los más conocidos por su tráfico ilegal, el loro gris africano de cola roja, también apareció en 6 ocasiones.

De hecho, de los 87 animales intervenidos por la Guardia Civil en Pontevedra, tan solo dos no eran aves. Se trata de un caimán y de una pitón que también fueron interceptados por los agentes.

Así las cosas, las aves desplazan este año a animales como los elefantes o hipopótamos, que en otras ocasiones eran intervenidos principalmente a circos o zoológicos que no tenían la documentación de estos ejemplares en regla.

Además, se presentaron 9 denuncias por incumplimiento del citado convenio CITES, un acuerdo internacional que prohibe el comercio de especies en peligro de extinción y regula el de aquellas que cuentan con algún tipo de protección.

Pero el Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil no solo se dedica a proteger a aquellas especies que entran de forma irregular en el país. El pasado año los agentes recuperaron y pusieron en manos de los veterinarios para su curación un total de 36 animales que se encontraban malheridos. La lista incluye, por ejemplo, dos cernícalos, tres chotacabras, diez ratoneros comunes, cinco lechuzas, un zorro, una tortuga leprosa o una laúd.