M.A.S.L. y su esposa no se relacionaban excesivamente con sus vecinos de Cambados, pero tampoco era gente que rehuyese el trato. Un hombre que vive en O Brexo cuenta que por las mañana era raro verles, y que solían estar dentro de casa, con las cortinas echadas. El varón sí salía a veces, a pasear los perros. "Le encantaban los perros y presumía de ellos", afirma otro hombre que le conoció de vista. A los vecinos les contaron diferentes historias para justificar su presencia en Cambados. Así, a unos les dijeron que el hombre trabajaba en la empresa Adeslas, mientras que a otros les aseguraron que estaban cuidando a una anciana, por lo cual siempre trabajaban de noche.

"Andaban justos de dinero muchas veces, pero no vestían mal", cuenta una mujer. La Guardia Civil cree que podrían tener un aliado en la zona, que les ayudaría a planificar o incluso ejecutar los robos, pero los vecinos de O Brexo y San Tomé, sin embargo, aseguran que siempre andaban los dos solos.

La casa donde pasaron el último mes está en un rincón apartado y discreto, a escasos 50 metros de la carretera PO-550, que es la que une Cambados con Castrelo, Dena y Vilalonga. Se da la particularidad de que tres de los robos con los que se les ha vinculado se produjeron en negocios de esa misma carretera. Y que es la misma por la que escaparon el sábado temprano de la Guardia Civil.