En el pleno celebrado el jueves se vio que algunos concejales llegan tarde, al igual que otros se van antes de tiempo en muchas ocasiones, como también se constató que hay otros que ni siquiera asisten, como la conservadora Laura Besada, o que se sacrifican para asistir a pesar de la enfermedad, como ocurrió con un José Antonio Cacabelos Rico (PSOE) aquejado de algún proceso gripal o alérgico que lo hizo estar muy pendiente del pañuelo y menos activo que de costumbre.

Y el jueves se constató, asimismo, que este tipo de sesiones acaban siendo tan aburridas que los vecinos las dejan completamente de lado. La prueba es que en las sillas reservadas al público había apenas una docena de personas, de las que ocho eran afectados por las preferentes que acudieron a protestar una vez más.

Dejando a un lado los discursos políticos meramente electoralistas, demagógicos y carentes de contenido, rigor e interés, ya habituales por parte de algunos ediles en estas sesiones, hay que decir que plenos como el del jueves sirven también para tomar acuerdos, como distinguir a José Silva Torres, más conocido como "Pepe Silva", en calidad de hijo predilecto de O Grove. También se decidió poner su nombre a la escuela de música.

Carlos Otero, el concejal de Cultura, demostró que algunas veces también hace algo, y aunque el suyo es un papel secundario fue el encargado de exponer esta moción. Eso sí, trató de "colar" la posibilidad de dar el nombre de "Pepe Silva" a la Praza de Arriba u otra conocida calle. Pero la oposición estuvo rápida y reprochó que eso no era lo pactado, por lo que eso de bautizar una calle quedó para mejor ocasión, sobre todo porque en cuanto se apruebe el PXOM habrá muchas sin nombre.