Uno de los numerosos viajes que Beatriz Carballo ha realizado desde comienzos de curso la llevó hasta Atenas y la isla de Santorini, en Grecia. El país, rescatado por la Unión Europea, se encuentra sumido en una profunda depresión económica, y la arousana pudo ver con sus propios ojos lo dura que es la vida diaria para millones de ciudadanos helenos.

"La situación que vi en Grecia es realmente crítica. Solo yendo por las calles de Atenas te das cuenta de la situación del país y de la gente. Un día, en un supermercado, me aterró ver como una mujer solo podía comprar pan de molde y como contaba las lonchas de mortadela que traía un paquete".

Beatriz Carballo asegura que en los supermercados atenienses "la gente no coge ni el carrito. No pueden comprar más de tres cosas contadas y su rostro es una mezcla de enfado y rabia. Las huelgas son diarias y las manifestaciones auténticas batallas", explica.

Por el momento todavía no sabe muy bien hacia donde encaminará su futuro. El año próximo hará quinto en Santiago, y después verá si prepara unas oposiciones o si enfoca su carrera hacia la empresa, "que también me llama mucho". "Lo que tengo claro es que seguiré formándome -añade-, porque no hacerlo me parece un error. Incluso me ronda por la cabeza estudiar Criminología, aunque sea en los ratos libres, porque es algo que me encanta".

De todos modos, no volverá a casa hasta verano, y hasta entonces todavía tiene tiempo para hacer planes de futuros viajes. Cuenta que sus amigos y ella están preparando uno hacia el sur del continente, para conocer Croacia, Eslovenia o Serbia. Y, como colofón, buscarán el calor en un "hot trip" a Turquía, tras el empacho de hielo y nieve de este invierno. "Es un lugar al que tengo muchas ganas de ir", confiesa.