El gobierno de Vilagarcía afrontó ayer el pleno más complicado de todo su mandato. Un salón repleto de vecinos indignados, ataviados con pancartas en contra del reglamento y ordenanza que cobrará por el uso de las instalaciones culturales, daban la bienvenida al equipo liderado por Tomás Fole. La sesión ya se presentaba bronca y convulsa. Y así fue. No obstante, las continuas protestas e intervenciones de los asistentes, entre los que se encontraban representantes de quince colectivos y también usuarios de los locales de ensayo, no lograron que el regidor, Tomás Fole, retirara el reglamento, que fue aprobado gracias al voto de calidad del alcalde ante la ausencia de un edil recientemente fallecido y el rechazo unánime de la oposición.

La hora y media que duró el debate sobre los locales culturales tuvo como colofón -durante las votaciones- una enérgica y sonora protesta liderada por dos jóvenes que se pusieron a tocar de forma muy rítmica dos cencerros, un repertorio al que no dudaron en sumarse los demás vecinos asistentes al pleno dando palmas. "¡Que no, que no, que no nos representan!", gritaban.

El intento de boicot se prolongó durante unos minutos generando un ruido que entorpeció las votaciones al no escucharse el resultado de las mismas, lo que propició la presencia de agentes de la Policía Local en la puerta del salón de plenos. Aunque en algún momento parecía que el desalojo iba a ser inminente, el alcalde no dio la orden y los asistentes abandonaron voluntariamente el Concello, no sin antes dejar claro su profundo malestar con la decisión tomada de forma unilateral por el gobierno de Vilagarcía.

Los tres grupos de la oposición reiteraron en todos sus turnos de palabra que se aplazase el reglamento para ser consensuado con los vecinos, o bien que modificase el texto evitando ambigüedades y dejando claro que solo se va a cobrar a las empresas privadas por utilizar el Auditorio, la sala de exposiciones Rivas Briones, el salón García (Casa da Cultura) y la plaza de A Peixería. Los vecinos llegaron a suplicar que se retirara el asunto, pidiéndolo por activa y por pasiva.

Las asociaciones fueron las primeras en tomar la palabra, al inicio del debate. Como portavoz habló Xurxo Abuín, presidente y uno de los fundadores de la asociación "O Souto", de Rubiáns. Su discurso arrancó tranquilo pero fue elevando el tono poco a poco. Desmintió rotundamente que el concejal de Cultura, Francisco González, consultase en algún momento el reglamento con alguna de las quince agrupaciones a las que representaba durante su intervención.

En alusión a las palabras de Fole en las que acusaba a la oposición de "avivar las quejas vecinales", Abuín -exconcejal del BNG- afirmó alto y claro que "ningún colectivo funciona bajo dictados de ningún grupo político".

Como ejemplo del "pasotismo" del gobierno ante la labor que desarrolla el movimiento vecinal en los barrios y parroquias, el representante de O Souto recordó varios robos en la sede de Rubiáns y advirtió que "estamos a punto de comprar un sistema de alarma para evitar nuevos sucesos. Nos llevaron casi todo el material y a usted no le importa", le espetó al alcalde.

Incongruencias

El portavoz vecinal desgranó las dudas que le generaba tanto el reglamento como la ordenanza y, sobre todo, las incongruencias entre ambos textos. ¿La principal? Si las asociaciones vecinales y culturales deben pagar o no. De arrojar un haz de luz sobre este asunto se encargó el concejal de Cultura, Francisco González, quien respondió una a una a las preguntas planteadas por el presidente vecinal de Rubiáns. "Todas las asociaciones están exentas de pago. Cualquier asociación con domicilio social en Vilagarcía está exenta de pagar tasas tanto en los centros culturales como en el resto de instalaciones", aseguró el edil del PP, que insistió en que la exención "es plena", aunque ante los ojos de los vecinos y de toda la oposición los textos dan pie a confusión e interpretaciones.

Y es que, mientras que la ordenanza recoge que el uso seguirá siendo gratuito para las asociaciones de vecinos y culturales que tengan convenio aprobado por la junta de gobierno local, en el siguiente punto se excluye de las tarifas a las "asociaciones sin ánimo de lucro legalmente constituidas". Entonces surge la pregunta de la utilidad de ese primer punto referido a los convenios. "En el Salón García y en el Auditorio se cobrará a empresas", garantiza González. "Que nadie se engañe, que las tasas ya existían mediante la ordenanza nº 31", agregó.

Tras escuchar las dudas de los vecinos, PSOE, BNG y Esquerda Unida, el concejal de Cultura pronunció unas contundentes palabras que molestaron a los colectivos: "No sé si el problema está en la claridad del texto o en la comprensión del lector". "¿Nos estás tomando por idiotas?", se preguntó un ciudadano. González aclaró que en ningún caso iba dirigido al público, sino a la oposición.

En lo que se refiere a las exposiciones en la sala Rivas Briones, el edil garantizó que solamente se cobrará una tasa a los artistas que vendan sus obras. En este sentido, la ordenanza reza que se cobrará 150 euros por semana por exponer en Rey Daviña a las "entidades con ánimo de lucro", pero no ofrece mayores detalles.

En cuanto a la programación trimestral que exige el reglamento a los colectivos, simplemente se plantea para "impedir que dos asociaciones organicen actos en el mismo espacio y hora", dijo el edil, que defendió los precios que se instaurarán en Vilagarcía, "más baratos que en otros ayuntamientos. "Las tasas de los locales de ensayo están calculadas en un 30% de lo que cuesta el mantenimiento por persona", defendió. "Tenemos que reponer el material", justificó el concejal.

En cuanto a las cafeterías de los centros culturales, González anunció que tendrán preferencia las entidades que utilizan dichas instalaciones frente a "la gente de fuera". "Eso es una propuesta nuestra", reprochó más tarde la portavoz socialista, Tania García.

Las pormenorizadas explicaciones parece que no convencieron a las asociaciones, quienes advirtieron que el reglamento "condena a la desaparición a muchos colectivos". "Y si hay peligro, nos vamos a defender", alertaron.