La fábrica de Conservas Dardo se ha convertido en una empresa con visos de futuro con la aprobación, por parte del Consello de la Xunta, de la Modificación Puntual nº 15 de las Normas Subsidiarias Municipales del Concello de Vilanova de Arousa, en el lugar de Currás, en la parroquia de Caleiro.

Esta decisión supondrá la recalificación de los 12.912 metros cuadrados que ocupa la conservera en suelo urbanizable, terreno que venía siendo considerado como suelo rústico de protección de Costas y de núcleo rural. Esta cuestión es lo que hacía peligrar la viabilidad de la empresa arraigada en Vilanova desde la década de los sesenta.

Este proyecto se formula al abrigo de la Disposición transitoria décimotercera da LOUG (Ley de Ordenación Urbanística), relativa a asentamientos surgidos al margen del planeamiento, afectando al ámbito transformado urbanísticamente donde se encuentran ya implantadas las instalaciones.

La justificación del interés público de la modificación puntual, exigida en el artículo 94.1 de la LOUG, se basa en la delimitación de un sector de suelo urbanizable para la dotación de suelo industrial al concello, que permita amparar el desarrollo de actividades económicas que revitalicen el tejido productivo.

Conviene recordar que antes del inicio de la tramitación, las partes firmaron un convenio, que recoge las obligaciones de la conservera, materializadas en cesiones públicas de 1.293 m2 de zonas verdes, 263 m2 de equipamientos, 1.308 m2 de red viaria, 10% del aprovechamiento urbanístico y recuperación de la franja delantera del ámbito para destinarla a senda peatonal de dos metros de ancho y 242 de largo, en la servidumbre de protección de costas.

Esta modificación puntual corrige el error que supuso no reconocer este asentamiento industrial de principios de los años sesenta, y previo a la actual ley de Costas del año 1988, en las normas subsidiarias municipales de año 97. Conservas Dardo cuenta con un ámbito de 12.912 m2 de superficie en el lugar de Currás en la parroquia de Caleiro, de los cuales cerca de 6.000 m2 se destinarán a uso industrial, es decir, a la conservera de pescados y mariscos.

Con la modificación de la Xunta bajo el brazo, es ahora la dirección de la empresa la que debe solicitar en el concello los permisos necesarios para continuar desarrollando su actividad sin ningún tipo de amenaza. Dardo sufrió en la década de los ochenta un devastador incendio, y parece ser que por un error técnico de la administración a final de esa década el lugar donde estaba emplazada no fue catalogado como industrial. Posteriormente, los dueños de la fábrica se pusieron a reconstruirla, pero Costas lo consideró como una obra nueva, en lugar de rehabilitación. Eso significó una multa para Dardo y tener constantemente encima una espada de Damocles con la amenaza de cierre.

Esta legalización supone el fin a años de litigios con Costas y la garantía de continuidad laboral de sus noventa empleados.