En inglés o en español, en gallego o en francés. La poesía no entiende de idiomas, fronteras ni edades. Los versos fluyen cuando se llevan dentro, las ideas vuelan aunque no sople el viento.

Por eso cuando llega la primavera, aunque sea en una jornada por momentos tan desapacible como la de ayer, la poesía es capaz de contarlo todo. De ahí, también, que una "Marea de versos" como la impulsada por seis institutos de la comarca sirva para llenar paredes, portales, verjas y árboles con los papeles escritos por jóvenes estudiantes, capaces de soñar, sentir y volar a través de las letras y la imaginación.

El instituto Castro Alobre, el Miguel Ángel González y el Fermín Bouza Brey, los tres del Concello de Vilagarcía, el vilanovés Faro das Lúas, el Instituto de A Illa de Arousa y el Francisco Asorey, de Cambados, fueron los artífices de este proyecto desplegado ayer que sirvió para conmemorar el Día Mundial de la Poesía y, de paso, dar la bienvenida a la primavera.

Como sirvió, igualmente, para mostrar a muchos de los cientos des alumnos que formaron parte de esta experiencia que los versos también ayudan a expresar sentimientos y a sentir sensaciones.

Y eso es algo que, comprobaron, ni siquiera la lluvia puede destrozar, pues aunque por momentos las precipitaciones deslucieron los actos previstos y arruinaron algunos de los poemas expuestos, el mensaje de cada uno de ellos sigue latente y vigente.

Con seguridad, muchos de los alumnos habrán descubierto en la poesía otra forma de pensar y de actuar, comprobando que a las diversiones habituales, que no son ni mejores ni peores, sino simplemente diferentes, pueden sumarse otras acciones que, como la poesía, ayudan a pasar el rato, a evadirse, a relajarse y, lo más importante, a comunicarse.

Podrían resumirse aquí algunos de los poemas escritos ayer por los estudiantes arousanos, pero solo serviría para destacar unos por encima de otros, y ese no era el espíritu ni la meta de esta novedosa acción divulgativa, formativa, cultural y social de los institutos arousanos.