La FAO considera a las rías gallegas uno de los más importantes depósitos de fitoplancton del planeta. Tanto alimento hace que el mejillón alcance en las rías su talla comercial, de entre 70 y 95 milímetros, en 15 o 17 meses, mientras que en otros países puede necesitar hasta seis veces más de tiempo para llegar al mismo tamaño.