El Ayuntamiento de Vilagarcía pretende que las empresas encargadas de abrir zanjas y realizar parcheos en las diferentes carreteras y calles de la localidad las dejen en perfecto estado una vez terminados los trabajos. Es una vieja demanda o aspiración no solo de ésta, sino de otras muchas Administraciones públicas, ante las cuales los vecinos muestran con frecuencia sus quejas cuando sufren las consecuencias de los trabajos, que a veces se solapan o se suceden unos tras otros sin ningún tipo de coordinación.

El resultado es que se abre una zanja y se tapa o asfalta, a veces con escaso éxito. Pero al cabo de un tiempo, que en ocasiones es muy poco, llega otra empresa y abre nuevos agujeros, que vuelve a tapar. Hasta que de pronto aparece una tercera firma para hacer lo propio y volver a romper la misma carretera. Y así continuamente, con parche tras parche y sin que parezcan tenerse en cuenta los riesgos y molestias a los que son sometidos los conductores y peatones.

En el caso concreto de la avenida de López Ballesteros, que conduce desde el centro urbano de Vilagarcía -prácticamente desde detrás del consistorio- hasta la plaza de San Miguel, en el barrio de A Torre, el Concello quiere encontrar una solución integral a los problemas que arrastra desde hace año, agravados cuando empezaron a desarrollarse tanto en dicha carretera como en su entorno los trabajos correspondientes al Eje Atlántico del Tren de Alta Velocidad (TAV).

Y esa ansiada solución global pasa por aplicar una nueva capa de rodadura en toda la plataforma de circulación situada en el subtramo comprendido entre la estación de autobuses y el túnel que pasa bajo las vías del tren.

En los últimos tres años se ejecutaron en ese vial canalizaciones de gas, de telefonía y de conducción de alcantarillado y recogida de aguas pluviales, entre otros proyectos.

En todos los casos fue preciso abrir zanjas, y en algunos de ellos incluso varias veces, ya que o bien se provocaron hundimientos de la calzada o fue preciso introducir modificaciones en las conducciones subterráneas.

En definitiva, que la avenida de López Ballesteros -en algunos tramos demasiado estrecha y carente de aceras- lleva años sumida en un caos que se traduce en un pésimo estado del firme y la existencia de numerosos baches e importantes socavones que suponen un riesgo evidente.

Hace solo unos días volvió a acometerse un asfaltado, pero fue, como siempre, una mejora solo parcial, ya que la empresa encargada únicamente asfaltó la zanja que sus operarios habían abierto en días previos.

Esto supone que existen todavía numerosos desniveles y socavones que perjudican a los viandantes y a los conductores, y que incluso pueden provocar graves accidentes.

De ahí que el Concello de Vilagarcía quiera tomar medidas contundentes y negocie con la empresa encargada de las obras del TAV un asfaltado integral de la citada avenida.

Así se lo han comunicado desde el ejecutivo vilagarciano a los vecinos que han pedido explicaciones por el pésimo estado del vial y que han reclamado soluciones urgentes para el mismo.

En este sentido, en el transcurso de una asamblea de la asociación de vecinos A Golpelleira, celebrada el domingo en A Torre, se explicó que el Concello y la empresa negocian el asfaltado de toda la capa de rodadura entre el túnel o puente de las vías del tren y la estación de autobuses, al igual que se plantean mejoras complementarias, como la colocación de un espejo que mejore la visibilidad y la seguridad en la curva más peligrosa de esta carretera, en la que se sitúa el cruce con la subida hacia Marxión.

El aún presidente de la asociación de vecinos, Juan Davila, aseguró que en el Concello de Vilagarcía mantiene abiertas las negociaciones para conseguir dichas mejoras, y aseguró, también, que él mismo había conversado con el director de obra, Juan Medina, para exponerle la preocupación vecinal por este asunto.

Al hilo de esto, y aunque no figure en el proyecto, parece que existe buena disposición para acometer tanto el asfaltado integral de la avenida como la reforma de la misma justo ante la puerta de entrada al pazo de A Golpelleira, donde se ha formado un gran socavón a causa del ir y venir constante de los camiones y demás maquinaria pesada que, justamente en ese punto, giran hacia la zona en la que se acometen las obras del TAV, entre el cierre perimetral de la finca del pazo y la estación de ferrocarril.

Al parecer, el director de obra dice ser consciente de que son sus camiones los que causan ese deterioro del firme, cuando entran y salen de la zona conocida como "playa de vías" que se reforma actualmente.

Por otra parte, en la asamblea vecinal celebrada el domingo se habló de otros asuntos relacionados con vías y obras, aunque ya de carácter menor y prácticamente limitados a cuestiones de carácter familiar o conflictos entre particulares.

Son, a grandes rasgos, problemas que ya se plantearon a la corporación municipal en anteriores mandatos, y que por tanto se arrastran desde hace tanto tiempo que en la asamblea del domingo fueron planteados por la directiva saliente exclusivamente a título informativo, sin que se tomara acuerdo de ningún tipo.

En la despedida de Juan Davila -hay elecciones el mes que viene- volvió a hablarse de la remodelación de la plaza de A Bouza, que es un asunto que parece perjudicar a un particular y que se arrastra desde hace más de un lustro, y se planteó la necesidad de que se complete la remodelación de la fachada del centro social y/o pabellón polideportivo de A Torre, que a causa de los problemas de humedad y filtraciones de agua que padecía se quedó sin parte de la pared hace años y todavía no se reformó.

El saneamiento de Porto o el arrastre de piedras y barro a causa de las escorrentías hacia la calle da Viña fueron otros asuntos tratados en la reunión vecinal.