Por el momento son muy pocas las bodegas que han pedido acogerse a la suspensión de pagos. En esa situación se encuentra, por ejemplo, una de las cuatro empresas que todavía debe el dinero de la uva comprada en 2011 a un buen número de viticultores arousanos, según el Sindicato Labrego Galego.

Otra de las firmas que está implicada en este problema -los agricultores recibieron pagarés sin fondos- se ha puesto en contacto con algunos de sus proveedores de uva y les ha ofrecido condonar parte de la deuda con vino de la cosecha de 2011, añaden fuentes sindicales. Al parecer, otras empresas también han puesto sobre la mesa la posibilidad de negociar un plan de pagos. Sobre este asunto, la secretaria general del Sindicato Labrego Galego, Isabel Vilalba, lamentó la actitud de la Consellería de Medio Rural, "que no ha hecho nada ante un problema de esta envergadura".

Isabel Vilalba afirma que en algunos casos los productores no solo están sin cobrar todavía la uva de hace año y medio, sino que incluso tuvieron que hacer frente a los gastos financieros derivados de los pagarés sin fondos. En cuanto a la Xunta, le insta a actuar "y evitar el aumento de rendimientos mientras no se abran nuevas cuotas de mercado, puesto que la ralentización del consumo ha provocado que haya bodegas que estén pasando por dificultades".

No obstante, fuentes del sector manifiestan que las hipotéticas dificultades de un grupo tan reducido de bodegas no permite sacar conclusiones sobre una denominación de origen a la que están adscritas casi 200.

En cuanto a las existencias de vino, las empresas todavía tienen de la cosecha de 2011, que fue la más abundante de la historia de la denominación. De ahí que, salvo peticiones expresas, todavía no hayan empezado la comercialización masiva de los caldos de 2012.