Ante las quejas de la propietaria del piso incendiado el pasado mes en un edificio de Plaza Ravella sobre la falta de 700 euros que tenía guardados en un cajón de la cocina, el cuerpo de Bomberos do Salnés ha salido al paso puntualizando que en el desempeño de sus funciones y de las demás de emergencia en la propiedad de un particular, es también su obligación garantizar la absoluta seguridad de las personas y de los bienes hasta que se restaura la normalidad.

Por estas razones consideran infundada la reclamación de Marisa Vivero, la dueña del piso afectado por el incendio quien expresó su malestar porque desaparecieron los 700 euros que tenía guardados en el cajón de la cocina y que, afirmó, tenía en su casa para pagar la vitrocerámica colocada el día anterior.

La deflagración y posterior fuego se originó por un escape de gas a causa de una tubería mal taponada en el cambio de la cocina.

Los bomberos entienden que estas declaraciones no hacen más que crear una duda infundada en la ciudadanía, ya que entiende las denuncias deben efectuarse ante las comisarías y juzgados.

Marisa Vivero salió el pasado martes del policlínico Povisa, donde estuvo ingresada casi un mes como consecuencia de las grave intoxicación y quemaduras que sufrió.