Santiago Iglesias Rey falleció a primera hora de ayer. A los 42 años el empresario vilagarciano perdió la vida a consecuencia de un cáncer de piel que se complicó con intensidad en las últimas semanas hasta provocar el fatídico desenlace. La noticia del óbito de Iglesias Rey golpeó a la sociedad vilagarciana como quedó patente en las innumerables condolencias que recibió la familia a lo largo de toda la jornada de ayer en el Tanatorio de Arosa. Numerosas personalidades quisieron acompañar a la familia en unos momentos tan difíciles con representación de sectores como el empresarial, político, deportivo y cultural de toda la comarca.

Conocedor de la enfermedad desde hace algunos años, el control de la misma fue estricto en todo momento. El tratamiento le permitía desarrollar sus funciones como gerente de Automoción La Junquera, empresa familiar que dirigía junto a su hermano Fernando y su padre Santiago. Las dificultades sobrevinieron con virulencia en las últimas semanas en la que necesitó de una atención más intensa, motivo por el cual se desplazó a Navarra aunque finalmente no pudo salvar su vida.

Casado en segundas nupcias con María Marinheiro Martíns, Iglesias Rey deja tres hijos varones. La conducción de los restos mortales partirá hoy a las seis menos cuarto con dirección a la iglesia parroquial Santa Eulalia de Arealonga donde se celebrarán los funerales. Posteriormente se dará traslado al cementerio de Rubiáns para su entierro.

Personas que compartieron con Santiago Iglesias hasta sus últimas horas señalan su gran capacidad para el trabajo y su energía para acometer nuevos proyectos. Bajo su gerencia, el Grupo Junquera se situó a la vanguardia de las empresas gallegas del sector de automoción, sobre todo en el campo de los vehículos industriales.

Su afición por el deporte también tuvo mucho que ver en el respeto que gozaba entre la sociedad vilagarciana. Muchos clubes y asociaciones culturales siempre encontraron atención y ayuda por parte de Santiago Iglesias. Sus muchos patrocinios y ayudas económicas fueron de vital importancia en algunas de las entidades más importantes de la ciudad, como son los casos del Arosa y el Cortegada entre otros.

Amigos del fallecido destacaron la entereza con la que afrontó en todo momento la enfermedad destacando que seguía con nuevas ideas e ilusiones para capear la época de crisis. Por otra parte, la empresa cerrará sus puertas en señal de riguroso luto en los próximos días.