La Policía Nacional de Pontevedra detuvo a los dos supuestos protagonistas de un altercado que se produjo en la madrugada del lunes en la discoteca La Luna, en Cerponzóns, y que acabó con varios trabajadores de este local agredidos y los propios policías heridos y precisando asistencia sanitaria. Las dos personas arrestadas son dos hermanos, de 26 y 21 años de edad, vecinos de O Grove, a los que la Policía les imputa los delitos de atentado a agente de la autoridad, resistencia, desobediencia y daños.

Según explicaron fuentes de la Comisaría, los hechos se produjeron en la madrugada del domingo al lunes. Sobre las 2.50 horas, en la centralita del 091 se recibió una alerta para que los agentes se personasen en la discoteca La Luna en donde, al parecer, se estaba produciendo una reyerta.

Una vez en el lugar, los agentes se entrevistaron con uno de los porteros del local quien les indicó que hacía apenas unos instantes había expulsado a uno de estos dos hermanos del interior de la discoteca después de haber protagonizado una pelea y tras destrozar una puerta de cristal. Cuando ambos se encontraban ya en el exterior de la discoteca, este joven, lejos de deponer su actitud, al parecer agredió al portero del local propinándole un puñetazo en la cara.

Los agentes de la Comisaría procedieron a identificar al joven, así como a su hermano, a quien también habían expulsado del establecimiento puesto que en todo momento mantenía un "elevado estado de excitación y agresividad encarándose con los agentes", insultándolos a voz en grito con palabras como: "Sois todos unos hijos de puta, tanto los porteros como los maderos".

Finalmente, uno de los jóvenes reconoció haber roto la puerta de cristal. Sin embargo, ni la presencia policial logró rebajar su grado de excitación y continuó amenazando al portero de la discoteca, llegando incluso a abalanzarse sobre él, extremo que evitaron los agentes al interponerse en su camino, afirman. Fue ahí cuando comenzó un forcejeo entre los policías y estos dos hermanos en el transcurso del cual los policías nacionales recibieron patadas, empujones y puñetazos, explica la Comisaría. Uno de los funcionarios recibió fuertes golpes en el tabique nasal y acabó con un labio partido, heridas por las que tuvo que recibir asistencia en un centro hospitalario.

Finalmente los agentes lograron reducir a estos dos individuos e introducirlos en el vehículo policial, no sin que antes uno de ellos hubiera roto el piloto trasero derecho del coche patrulla al propinarle una fuerte patada. No fueron los únicos daños que ocasionaron en el vehículo policial. Ambos destrozaron por completo la mampara del coche patrulla y una de las ventanillas "al golpearse ambos reiteradamente con la cabeza durante su traslado a la Comisaría", indican fuentes policiales.

Fueron puestos a disposición judicial tras pasar la noche en los calabozos, según el comunicado oficial.