En los interrogatorios posteriores a las detenciones algunos de los marineros venezolanos declararon que habían salido a pescar cuando fueron abordados por los narcos, y que éstos les obligaron a cargar con la droga. Sin embargo, no hubo unanimidad al señalar si los supuestos piratas iban armados y les habían amenazado.

No obstante, dos de los miembros del San Miguel, uno de ellos el capitán, sí confesaron que sabían a lo que iban cuando partieron del puerto, movidos por la promesa "de una buena paga".

En cuanto a los lancheros, el auto de procesamiento del juez Velasco apunta que estos declararon que habían salido a probar la lancha, para lo cual el italiano Marco Fabrizi se había desplazado unos días antes desde Torrevieja y pagado de su bolsillo los 8.000 litros de gasoil que llevaban a bordo. Otros declararon que habían salido a pescar. El juez apuntó que es difícil imaginar a tres hombres que apenas se conocen, como era el caso de Fabrizi, Cañón y Tubío embarcándose en una aventura incierta en alta mar.

El juicio empieza el miércoles, y continua el jueves. Después se celebrará los días 20, 21 y 22. Además hay una causa por blanqueo de capitales, en la que están implicados también varios familiares de los supuestos líderes del alijo. Entre todos ellos tenían docenas de pisos, fincas, naves o locales comerciales en Vilagarcía, Cambados, Caldas, Catoira, Pontecesures, Vigo y hasta en Oropesa del Mar.