El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo se mostró sorprendido por la identidad de los colectivos que el pasado 1 de marzo se concentraron a las puertas de Ravella, el día en que se conmemoraba la unión de Vilagarcía con Vilaxoán y Carril.

Le extrañó sobre todo la presencia de las extrabajadoras de la extinta Alfageme porque "la Xunta invirtió nada menos que 36 millones de euros en ese proyecto".

Pero también criticó la presencia de las empleadas de Cuca pues afirma que es una decisión empresarial en la que la Xunta no tiene competencia.

A la vez se refirió a la protestas de los afectados por las preferentes, un conflicto que a su juicio no se le puede atribuir a la Administración autonómica.

La Casa Consistorial fue rodeada por un cordón policial.