La Consejería de Agricultura y Ganadería de Castilla y León y la Consellería do Medio Rural e do Mar de Galicia aseguraron ayer que las harinas producidas por Fernando Corral e Hijos no se destinan a la fabricación de piensos para ganado, con lo que se descartaría la posibilidad de que esas harinas, en las que se encontraron restos genéticos de perros, llegasen indirectamente a la cadena alimentaria humana.

En este sentido, la Xunta apunta en un comunicado que "conviene aclarar que no existe relación alguna con la cadena alimentaria. Se está hablando de un presunto caso de adulteración de grasas y piensos destinados, teóricamente, al consumo de mascotas y animales de compañía. Nunca a animales destinados al consumo humano". De hecho, añade el departamento que dirige Rosa Quintana, los piensos para el ganado son objeto de "exhaustivos controles" para descartar la presencia de determinadas proteínas animales en los mismos, y de las 324 muestras que se analizaron el año pasado no hubo anomalías en ninguna.

La Xunta da estas explicaciones "para clarificar y evitar alarmismos infundados a los ciudadanos", y recuerda en primer lugar que el problema se produce fuera de Galicia, "que es un referente en controles de seguimiento y procesado de este tipo de productos, contando con plantas que son ejemplo nacional de bioseguridad e higiene". En Galicia, añade Medio Rural, se hacen un millar de inspecciones al año dentro del plan de higiene de la producción primaria ganadera.

Mientras, la Consejería de Agricultura y Ganadería de Castilla y León confirma asimismo que las harinas de la fábrica de Salamanca siguen inmovilizadas, tal y como ordenó el juzgado de Ponteareas que investiga el caso. La Junta de Castilla y León apunta también que "estamos trabajando en colaboración con la justicia y la Guardia Civil", al tiempo que hacen un llamamiento a la tranquilidad "porque ese tipo de harinas no se utilizan para la fabricación de piensos para ganado, sino para alimentos de mascotas".

La Guardia Civil, sin embargo, no lo tiene tan claro. De hecho, en un atestado que los agentes remitieron al juzgado de Ponteareas, y que figura en las diligencias, se afirma textualmente que no se puede "descartar" que la materia prima de Fernando Corral e Hijos -las materias grasas con que se hace la harina- "se hubiese utilizado para la elaboración de productos alimenticios para humanos".

Y es que la empresa investigada tiene una serie de plantas distintas, y además de hacer piensos para animales también elabora mantecas de cerdo o tiras de lomo salado y fresco. Eso sí, esta línea de fabricación se encuentra en una planta distinta a la de Aldeaseca de la Frontera donde la Guardia Civil detectó la supuesta irregularidad.

Además, la Guardia Civil apunta en su escrito remitido al juzgado que "se considera de máxima importancia localizar los distintos productos alimenticios que se hayan podido elaborar con estas materias primas, así como las explotaciones destinatarias de los diversos productos elaborados mediante el uso de estos productos, evitando con ello la reintroducción en la cadena alimentaria". La Guardia Civil localizó los restos "cánidos y ovinos" en grasas de la fábrica castellana, y apunta que de ello "se deduce la existencia de un riesgo cierto y grave para la salud pública y animal". Asimismo, los instructores indican que Fernando Corral e Hijos podrá volver a comercializar su producto "una vez subsanadas las graves deficiencias observadas de contaminación cruzada".