Tomás Ares ya tenía una taberna y recogía leche por las aldeas de la zona de Meis cuando decidió abrir una granja de cerdos en San Lourenzo de Nogueira. Corrían los años 70 y entonces la tecnología en este tipo de instalaciones era muy primitiva; tampoco estaban los tiempos para hacer grandes inversiones, y Tomás Ares empezó con 50 cerdas reproductoras.

Cuatro décadas después, uno de sus hijos y su nuera siguen con el negocio. Pero todo es completamente distinto: en vez de 50 madres, ahora hay 700; y la granja cuenta con modernos sistemas tecnológicos, que incluso detectan si un animal ha comido o no. Otra apuesta por la novedad se traduce en la instalación de una caldera de biomasa para alimentar la calefacción radiante del suelo en la zona de cría y destete de los lechones.

La empresa, que nació sin nombre comercial alguno cuando la fundó Tomás Ares, y que ahora se llama Agromoscoso, se convertirá dentro de unos días en la primera granja porcina de Galicia que incorpora la biomasa en su proceso de producción. El proyecto es posible gracias a un acuerdo entre la granja y la empresa de San Sebastián FnEnergía, y permitirá a la explotación ganadera ahorrar unos 13.000 euros al año.

Hasta ahora Agromoscoso tenía en la zona de cría de las parideras un sistema de calefacción radiante que se alimentaba con propano, y que les suponía un coste anual de unos 29.000 euros, aproximadamente el 40 por ciento de los gastos totales. FnEnergía se puso entonces en contacto con la firma gallega para hablarles de una fórmula con biomasa que les permitiría ahorrar mucho dinero, y los herederos de Tomás Ares, su hijo Rafael y la mujer de éste, Dolores Besada, decidieron probar. Así las cosas, a partir de noviembre dejarán de consumir propano, una vez la empresa vasca les instale la caldera de biomasa.

Manuel Souto, delegado de FnEnergía para el sur de Galicia, cuenta que este sistema "ya está muy extendido" en Cataluña, con la diferencia de que en el Levante la caldera se alimenta fundamentalmente de restos vegetales habituales de la zona, mientras que en Galicia se usan los pellet de madera hidratada y prensada. Otra particularidad del proyecto es la fórmula de financiación de la instalación, que se denomina "renting energético".

En este caso concreto, FnEnergía instala los equipos necesarios y durante dos años cobra un tanto por ciento del ahorro obtenido (en el caso de Agromoscoso en torno a un 75 por ciento de 13.000 euros anuales), quedando el resto para la granja. Al cabo de esos dos años la instalación pasa a ser ya propiedad de Agromoscoso, y a partir de ese momento ya no le paga nada a la firma vasca.

Manuel Souto explica que este sistema no solo tiene ventajas para las empresas, por el ahorro económico en energía, sino también para el medio ambiente, al derivar en una reducción de las emisiones de dióxido de carbono. El delegado de la empresa añade que el sistema por biomasa también sería perfectamente exportable para las granjas de pollos, si bien en Galicia todavía no han tocado a este sector.

Dolores Besada cuenta que ellos no tienen el negocio para estancarse, sino que les gusta probar cosas nuevas y crecer. Tanto es así que ya tienen en mente la ampliación de cerdas reproductoras a 850 ejemplares. Y admite que en los últimos meses sí que se ha notado un ligero repunte en las ventas. "Hay más gente que viene a comprar el cerdo ya formado, casi listo para la matanza", alega. Y es que el consumo de carne porcina ha aumentado -aunque no en porcentajes tan elevados como la de pollo- en detrimento de la de ternera o cordero, más caras.