Las comunidades de montes de Rubiáns y Baión se enfrentarán en los tribunales el próximo mes de octubre para resolver un conflicto fronterizo causado por el polémico deslinde de 2002. Por aquel entonces, hubo pequeños cambios en el límite de Vilagarcía y Vilanova que hicieron que parte del monte comunal de Rubiáns acabase en el término municipal vilanovés, en la parroquia de Baión.

Hace cuatro años comenzó este conflicto entre comunidades forestales, cuando Xurxo Abuín, presidente del colectivo de Rubiáns, denunció el proyecto para construir en la zona en litigio un campo de tiro. Por aquel entonces, los vilanoveses ya esgrimían que los terrenos eran suyos, por lo que se hizo inevitable el inminente enfrentamiento en los juzgados.

Abuín denuncia ahora además que la comunidad de Baión realizó una tala en este lugar, algo que considera también contraproducente.

Para demostrar que era Rubiáns y no Baión el legítimo dueño de esta pequeña área, Xurxo Abuín recuerda que "la última tala antes de ésta tuvo lugar tras el huracán Hortensia, cuando se cayeron la mayoría de los árboles. Aquella tala la realizaron los vecinos de Zamar (Rubiáns)". Aquel fenómeno meteorológico se produjo hace nada menos que 28 años, en 1984.

"Estos terrenos están afectados por el deslinde de 2002 y es cierto que ahora pertenecen al término municipal de Vilanova, pero entendemos que eso no varía nada con respecto a la propiedad de la comunidad de montes", opina el presidente del colectivo. "No van a cambiar de dueño por cambiar de municipio".

Ahora la decisión corresponderá al juez, que tendrá que evaluar si la potestad de una comunidad forestal está delimitada por la del ayuntamiento al que pertenece o si por el contrario, al haber sido históricamente Rubiáns la que se había hecho cargo del mantenimiento de este lugar, sigue perteneciéndole por pleno derecho.

Del resultado del juicio previsto para el mes de octubre también podría deducirse si finalmente podría seguir adelante la opción de construir el campo de tiro proyectado hace cuatro años o si esta idea queda finalmente guardada en un cajón.

Trabajan en la limpieza para evitar incendios

La comunidad de montes de Rubiáns lleva semanas trabajando en la limpieza del monte de su responsabilidad para prevenir incendios. "En 2006 perdimos una gran cantidad de masa forestal, quizás un 70% del total", recuerda Xurxo Abuín, que pretende "evitar que vuelva a suceder algo semejante". Para ello han adquirido un tractor de segunda mano con el que realizarán las tareas de desbroce más rápida y eficientemente. Además, se reforzarán los trabajos con la contratación de un segundo operario que ayude al que ya repasa la zona estos días. En estas labores también colaboran los miembros de la comunidad en sus ratos libres. No obstante, el trabajo que queda por hacer es todavía mucho y Abuín estima que al menos "nos llevará dos o tres meses más" dejar todo bien limpio. En la actualidad, la comunidad de montes de Rubiáns cuenta con una superficie de 50 hectáreas bajo su control, si bien su presidente matiza que "son menos porque algunas están tomadas por particulares". Este asunto también ha generado más de un enfrentamiento entre comuneros y propietarios.

"Ya no sé si Vilagarcía es un concello propio"

La oleada de robos denunciada hace escasas dos semanas por la asociación de vecinos de Rubiáns (que no solo afectaron al centro social sino también a los vecinos, según la versión del colectivo) no es la primera disputa de los habitantes de esta parroquia con el Concello. De hecho, durante el anterior mandato municipal, con PSOE y BNG compartieron labores de gobierno, tuvo lugar un público enfrentamiento por la reforma de la Praza do Souto. Al final, los socialistas, grupo mayoritario en el gobierno, se quedaron solos y tuvieron que aceptar la presión de vecinos y demás fuerzas políticas y llevar a cabo la obra. Pero las necesidades de la parroquia van más allá, como reseña Xurxo Abuín, que critica que Fole insinuase irregularidades en la gestión del centro social cuando, dice, "aún está en manos del Juzgado subsanar las deficiencias del edificio que dejó la constructora al quebrar. Eso es responsabilidad del Concello". "Ya no sé si pertenecemos a Vilanova, a Vilagarcía o volvemos a ser independientes", se queja.

La asociación de vecinos instalará una alarma en el centro social ante la inacción del Concello tras dos robos

Cansados ya del silencio del gobierno local ante sus denuncias, los responsables de la asociación de vecinos de Rubiáns decidían anoche si instaban por iniciativa propia un sistema de alarmas en el centro social de la parroquia. Y es que, tras dos robos y ver como las instalaciones siguen sensiblemente afectadas por el último asalto, que las dejó accesibles a un nuevo ataque de los cacos, cada día que pasa "tenemos miedo de que nos hayan vuelto a robar". Son palabras del presidente del colectivo vecinal, Xurxo Abuín, que precisa que las limitadas arcas de la asociación solo darán para comprar el material justo para intentar frenar a los ladrones.

La idea es colocar una alarma de sensores de presencia o volumétrica y que esta no requiera de una compleja instalación para la que el complejo quizás no esté preparado al no haberse previsto en su construcción una situación similar.

"Estamos muy preocupados por los robos. Ahora mismo es muy sencillo entrar en el centro aunque esté cerrado porque los daños en las dos puertas que forzaron siguen ahí", explica Xurxo Abuín.

"Tras el primer robo hablé con el alcalde (Tomás Fole) y dijo que me llamaría. No fue así. Tras el segundo intenté hablar con él, no estaba y dejé recado a su secretaria. Tampoco recibí respuesta", prosigue.

Al ser un local público, el centro social pertenece a la red de edificios municipales. "La reparación es competencia del Concello, nosotros no podemos hacerlo. Lo mínimo que debía haber hecho el alcalde era solicitar un informe de daños a la Policía Local o a los técnicos municipales en cuanto tuvo constancia del robo", critica.

Abuín también se reunió con el comisario de la Policía Nacional de Vilagarcía, encuentro tras el cual, explica el vecino de Rubiáns, "se han empezado a ver más patrullas por la parroquia", aunque matiza que "eso no es solución al problema".

Además del refuerzo de la vigilancia, lo que más "urge" a la asociación vecinal es "la reparación de las dos puertas. Así como estamos, cada mañana que pasa llegamos al centro temiendo que nos hayan robado. Nos sentimos vendidos", incide.

"Si instalamos la alarma tendremos que adaptarnos al presupuesto que tenemos y echarnos a rezar", declara un preocupado Xurxo Abuín, que sigue a la espera de la reacción de Ravella.