Seso Giráldez no tiene teléfono móvil y no siempre es sencillo encontrarle en el teléfono de casa. Pero los que le conocen saben que suele parar a tomar algo en la terraza de la Maty, en Ravella. "Esta es mi oficina", cuenta con humor. En septiembre cumplirá 79 años, y el PSOE de Vilagarcía le va a hacer un regalo por anticipado. Este domingo se convertirá en el primer Militante de Honra de los socialistas vilagarcianos. Será en el transcurso de una comida a la que ya se anotaron, entre otros, Manuel "Pachi" Vázquez, José Blanco o Antolín Sánchez Presedo. El plazo para inscribirse termina hoy.

–¿Qué le parece la propuesta del homenaje?

–Excesivo, nunca creí que fuese a pasar esto.

–¿Quién se lo dijo y cómo se sintió al escucharlo?

–El secretario general, Miro Serén. Le dije que me preocupaba porque por un lado rompía mi sentido de la humildad, y por otro no podía hacerle un feo a mis compañeros.

–¿Qué le parece la situación en la que se encuentra España?

–Es una situación tremendamente grave, y además con este gobierno no veo clara la salida de la crisis.

–¿Un gobierno socialista podría hacer otra cosa o no hay margen de maniobra posible?

–Las circunstancias no son buenas, pero hay margen suficiente para gobernar de otra manera. De todas formas, la derecha que gobierna en estos momentos está haciendo todo lo contrario de lo que prometió en la campaña electoral.

–¿Corren riesgo los derechos sociales o la democracia con los recortes económicos?

–Sí, no solo peligra la democracia sino que se está demostrando que el gobierno pretende desmontar todos los avances que se hicieron con los gobiernos de izquierdas.

–¿Y cómo se siente una persona que pasó media vida en política y que ahora ve desde la barrera como se desmontan esos avances por los que luchó?

–Me siento enfadado y tengo la sensación de que no puedo hacer nada por evitarlo.

–Usted fue uno de los fundadores del PSOE de Vilagarcía en una reunión en el mesón Carballinés, en 1977.

–La primera reunión no fue en el Carballinés, sino en el Altamira, en Rubiáns, en 1976. Quedamos para cenar dos matrimonios: Celso Callón y Ángela González, y Otilia Míguez y yo. En esa reunión fue cuando nos conjuramos para fundar el partido y para buscar gente de izquierdas. Para eso tuvimos una gran ayuda de José Pampín, un vendedor de periódicos que nos daba los nombres de las personas que compraban las revistas de izquierdas, como "Cuadernos para el diálogo" o "Triunfo".

–¿Y la constitución formal?

–Eso fue en dos reuniones, una en la playa de A Compostela y otra la del mesón Carballinés.

–Y de ser cuatro, en poco más de una década el PSOE ya estaba al frente del Ayuntamiento de Vilagarcía. ¿Cómo se llegó tan lejos en tan poco tiempo?

–Eso fue gracias al trabajo de los compañeros, entre ellos Chuchi González Rollán, Amando Quintela, José Pampín, Santiago Ferreira y otros muchos que eran trabajadores incansables.

–Franco aún había muerto hacía poco. ¿No tenían miedo al asumir la fundación de un partido de izquierdas?

–Sí, teníamos miedo a que hubiese una represión como la que se produjo con Franco. Nuestras familias nos aconsejaban que no nos metiésemos en política porque se acordaban de la época franquista. Mi padre me decía: "No te metas en política que yo ya sufrí lo mío por culpa de eso" (fue profesor represaliado durante la dictadura) y le respondí que no podía ser que terminase la represión franquista y que viniese la represión de la familia.

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–Desde finales de los años 70 y 80 el PSOE hizo un viraje hacia el centro. ¿Le disgustó?

–En ciertos aspectos sí. Es difícil calibrar el perjuicio o las ventajas de ese ligero movimiento hacia el centro, pero me hubiese gustado que el partido se mantuviese más firme en la izquierda.

–¿Cómo era el ambiente político en aquellos años?

–Había ilusión por la transición, que es donde destacó el recientemente fallecido Gregorio Peces–Barba. Después de la dictadura de Franco se veía el final del túnel.

–¿Y después?

–Se ha perdido parte de esa ilusión puesto que la realidad siempre es más dura de lo que uno piensa.

–La clase política está muy denostada. ¿Por qué?

–Es una consecuencia de la influencia franquista. Franco le decía a la gente que no se metiese en política, como si él no estuviese metido hasta el cuello. Pero yo diría una cosa sobre la mala fama de los políticos: los hay buenos y malos, igual que en cualquier otra profesión.

–¿Qué otras personas del PSOE de Vilagarcía merecerían el homenaje?

–Bastantes, como Rosina Villaverde, que tiene 94 años, o José Recuna, que fue el primer alcalde de la democracia. También lo merecería a título póstumo Amando Quintela, por todo su trabajo y porque fue de los primeros que colaboró en la formación de la agrupación.

–Usted trabajó en el Sáhara. ¿Se portó bien España con la antigua colonia?

–No, para nada. Le entregamos el Sahara a Marruecos cuando se lo debimos entregar a Naciones Unidas. Y es una vergüenza que ningún presidente español hiciese nada por resolver el problema.