El creciente consumo de alcohol en los adolescentes de Vilagarcía no solo se aprecia en las atenciones del 061 por intoxicaciones etílicas –no se reducen pese a haberse cumplido un año de la entrada en vigor de la ley antibotellón de la Xunta– y en las Urgencias hospitalarias. El Servicio de Prevención y Asistencia de Drogodependencias (SPAD) advierte del aumento en los últimos años de los menores que trata por consumo de alcohol y drogas, fundamentalmente hachís y MDA (una metanfetamina muy asociada a la movida nocturna).

"Hay una problemática situación de consumo de alcohol en menores muy importante en la zona. Y deberíamos atender a muchos más, pero un porcentaje muy alto no llega al servicio porque hay padres que normalizan demasiado determinadas conductas", expresa la coordinadora del SPAD de Vilagarcía, Beatriz Camba.

No obstante, en la inmensa mayoría de los casos, los adolescentes llegan al centro ubicado en Gumersindo Nartallo con sus progenitores. "Es difícil que el menor sea consciente de lo que le pasa y venga él solo", apunta Camba, quien precisa que habitualmente las conductas y hábitos de estos jóvenes "obedecen a una problemas relacionados con la edad" que afortunadamente no suelen derivar en un asunto serio de alcoholismo.

Actualmente el SPAD atiende a 420 personas de todas las edades y con diferentes adicciones, casi un centenar más que las 332 de 2011. La fuerte incidencia de los problemas con el alcohol en la comarca la ratifican los datos de este servicio municipal, donde la ingesta de bebidas alcohólicas ya es la primera causa por la que los usuarios acuden al centro.

Nuevos usuarios

Así, el año pasado iniciaron tratamiento 70 personas por este motivo, 26 por cocaína como droga principal de consumo, 12 por cannabis, 9 por ludopatía y 6 por heroína.

La responsable del SPAD y psicóloga clínica, Beatriz Camba, asegura que ha aumentado tanto el número de menores que solamente consumen alcohol, como el de jóvenes que lo combinan con otras drogas (sobre todo hachís y MDA). "El consumo de estas sustancias depende de la oferta en la calle, y ahora hay mucho MDA", observa Camba.

En cuanto a las edades de los usuarios, indica que "hay de todo", desde niños a señores de 80 años. "El paciente más joven que atendimos tenía 12 años", revela la coordinadora. Los médicos del servicio de Urgencias del Hospital do Salnés también han sido testigos de la ingesta excesiva de alcohol de niños a esta temprana edad, al llegar en ambulancia al centro hospitalario con una intoxicación etílica, tal y como confirmó a este periódico el responsable del servicio, Manuel Vázquez Lima.

Cambio de perfil: de la heroína a la cocaína, MDA, hachís y alcohol

Mientras que tradicionalmente el SPAD se asociaba a las personas adictas a la heroína, en los últimos años el perfil de los nuevos usuarios ha cambiado notablemente. La cocaína y el alcohol constituyen las principales sustancias de consumo en los pacientes del Servicio de Prevención y Asistencia de Drogodependencias, aunque se sigue manteniendo el programa de metadona, que aglutina a una parte importante de la labor asistencial del centro. "Ahora el servicio se normalizó un poco más, porque antes estaba vinculado a la heroína, y el cambio de ubicación y la integración con la unidad de salud mental ha ayudado", considera la directora del SPAD.

Una terapia con un abordaje social, psicológico y familiar

A la hora de resolver los problemas de consumo de alcohol en el caso de los adolescentes, Beatriz Camba precisa que la duración del tratamiento varía en función de cada paciente. Lo que sí necesitan todos es un abordaje profesional multidisciplinar en el que se trabaje el aspecto social y el psicológico y familiar a nivel individual, puesto que el entorno del adolescente es fundamental.

"También se valora si el usuario necesita un abordaje médico", agrega la coordinadora del SPAD.

Dejando a un lado el caso concreto de los menores de edad, esta psicóloga recuerda que las adicciones son "una enfermedad crónica".

"Yo siempre digo que es como la diabetes, que la puedes tener controlada pero hay que tener cuidado con determinados aspectos", concluye Camba.

Pendiente de la ayuda de la Xunta para prevención

El Servicio de Prevención y Asistencia de Drogodependencias (SPAD) de Vilagarcía está pendiente de la subvención que cada año les concede la Administración autonómica para trabajar en el campo de la prevención. La directora del centro muestra su preocupación por no saber nada de este asunto a estas alturas del año, cuando lo habitual era que ya recibiesen la comunicación al inicio del ejercicio. "La prevención es absolutamente fundamental, y sobre todo teniendo en cuenta que en esta zona tenemos una situación de riesgo ya conocida. Sería un grave error que no pudiese continuar un trabajo que se lleva realizando veinte años", considera Beatriz Camba. La importante labor de prevención en drogodependencias, liderado por Ángeles Bravo, requirió el año pasado una inversión cercana a los 60.000 euros, entre la aportación del Concello –el servicio es municipal– y la del Gobierno gallego. La directora del SPAD confía en recibir pronto noticias de la Xunta.